Noticias de Mónaco en Diario del Viajero
Mónaco se viste de gala. Bueno, un poco mas de lo habitual ya que aquí siempre se dan cita personajes y se organizan eventos muy glamurosos.
La boda del Príncipe Alberto llena aún más sus calles de pompa y circunstancia, no lo dudo. Si tienes pensado darte una vuelta por Mónaco (hayas sido invitado al bodorrio o no), te dejo aquí algunos consejos para visitar Mónaco en 24 horas.
En realidad, con un día completo te alcanza para ver todo, si es que estás de paso, ya que las dimensiones son muy exiguas y todo queda muy cerca. De hecho, es totalmente desaconsejable entrar al Principado en coche ya que:
1. Las calles son muy intrincadas y pequeñitas
2. No hay alojamiento libre
3. Los parkings son carísimos y tienen prioridad los residentes
Por lo que, coches fuera y lo mas recomendable es llegar en transporte público o en un crucero, como fue mi caso. De una u otra forma, el punto de partida para este recorrido es la plaza frente al Casino de Montecarlo.
Si llegas en barco, seguramente te pondrán un traslado hasta allí arriba ya que es la ruta mas conveniente. Además, los autobuses pasan todos por allí y por el puerto, seguro.
En la plaza del Casino, te encontrarás con un espectáculo apenas llegar. Los jardines perfectos parecen de revista, los coches que pasan y los que están aparcados parecen una publicidad de marcas carísimas y en el medio de todo ese glamur, una nube de turistas tratando de acercarse a un mundo ajeno, por lo caro.
Las vistas son maravillosas, la montaña al alcance de la mano, el Mediterráneo a tus pies, y en el medio una serie de edificios adornados hasta el límite. Porque si algo no falta en Mónaco es el adorno arquitectónico, especialmente en la zona del Palacio. Pero ya llegaremos allí.
Los alrededores de la Plaza son conocidos como "Cercle d'Or" por las tiendas que ocupan las calles y avenidas que la circundan y las adyacentes (pero todo en pequeña escala, no mas allá de 200 metros a la redonda): joyeros, marcas de alta costura, anticuarios…
Rodeando la plaza llegas a la entrada del Casino de Montecarlo al cual sólo se accede con vestimenta formal y el pasaporte en la mano. Así se garantizan que los miles de curiosos no lleguen más allá de la cuerda que rodea la escalerilla para acceder. Hay visitas guiadas que duran unos 30/40 minutos (15 euros). La entrada al casino cuesta 10 euros por persona (20 para entrar en las salas privadas) y abre a partir de las 14 horas.
El casino es obra del célebre arquitecto Charles Garnier. Construido en 1878, el Casino fue concebido en torno a un Atrio rodeado de 28 columnas en ónice. Una pequeña escalera de acceso está cubierta por un techo de cristal y hierro con enormes farolas. Siete escalones que separan 2 mundos.
A un costado del Casino se encuentra el archiconocido Hotel de Paris con su fachada blanca rococó y sus cochazos de cristales tintados en la puerta.
Rodeando el edificio del Casino, se llega a un balcón natural hacia el mar, donde se ubica el Teatro de la Ópera o Salle Garnier, teatro a la italiana revestido de rojo y de oro es la verdadera réplica en miniatura de la Ópera de París. También es obra del arquitecto Charles Garnier.
Frente al teatro y mirando al Mediterráneo se encuentran los Jardines y las Terrazas del Casino, una suseción de terrazas y balcones que salvan el gran desnivel del terreno hasta el mar. Desde estos jardines se observa bien cómo se divide Mónaco.
Estamos aquí en lo que propiamente se llama Montecarlo, una de las áreas del Principado. Mirando hacia el mar, hacia nuestra izquierda (el este) se encuentran "las playas" de Larvotto (en realidad son dos pequeñas áreas ganadas al mar y conservadas entre espigones en forma de T). Apenas pueden verse ya que el Grimaldi Forum se interpone entre nuestra posición y las playas.
En ese sector del Principado, la frontera con Francia es una avenida, la Avenida Mariscal Leclerc a unos pocos metros de la costa. Esta zona recibe el nombre de Mirabeau y es mas conocida por los fans de la Fórmula 1 porque allí se encuentra una de las famosas curvas del circuito de Mónaco que lleva ese nombre.
Pero retomemos la caminata donde la dejamos: en los Jardines del Teatro y Casino.
Para descender hacia el Puerto de Montecarlo hay 3 bulevares a distintas alturas. Dejarás atrás al antiguo Hotel Loews bajo el cual se encuentra el famoso túnel para automóviles.
Al descender hacia el mar y el Grimaldi Forum, centro de congreso y manifestaciones ultra moderno, verás las entradas al Museo Nacional, al de Autómatas y Muñecas antiguas y el Jardín Japonés.
Durante el descenso hacia el puerto (te llevará unos 20 minutos de caminata tranquila) podrás ver a escasos metros el abigarrado complejo de edificios, calles, puentes y viaductos que se apretujan en el estrecho espacio del Principado. Es increíble pensar que tan poco espacio concentre los precios por metro cuadrado mas caros del Mediterráneo.
Una vez en el Puerto, te encontrarás con que nada parece tan glamuroso como en las revistas. Los bares del puerto son éso, simples bares donde puedes tomarte algo a precios razonables. Ni alfombras rojas ni diamantes brillando al sol. Se adivina que hay dinero en el ambiente: algunos barcos, sobre todo los que se encuentran en el extremo oeste del puerto cercano a la bocana, son impresionantes, y entre mucha gente en bañador con niños y bolsos colgados del brazo, se ven pasar convertibles carísimos.
La rada del puerto te lleva hacia el extremo oeste donde encontrarás una bifurcación. Hacia la izquierda vas a la terminal de cruceros y donde están esos yates privados que te mencionaba, hacia la derecha la calle se pierde trepando por los barrios del principado. Pero antes de eso, encontrarás un ascensor urbano gratuito que te eleva hasta el nivel de la calle. Desde allí tendrás unas buenas vistas del Puerto de Montecarlo.
Una vez arriba, la opción es subir al Castillo... pero esa será la segunda parte de nuestras 24 horas en Mónaco.
Fotos |María Victoria Rodriguez
En Diario del Viajero | Mónaco