
En un mundo donde la productividad es la moneda de cambio más valorada, dormir bien se ha convertido en un lujo que pocos pueden permitirse. La tecnología, el trabajo a deshoras y la necesidad constante de estar disponibles han llevado a que el insomnio y la fatiga crónica sean problemas cada vez más frecuentes en las sociedades modernas.
En respuesta a esta creciente crisis del sueño, Suecia ha encontrado una solución que no vimos venir: el turismo del sueño, una tendencia emergente en la que los viajeros buscan experiencias diseñadas para mejorar su descanso y bienestar.
Como se puede suponer por su nombre, estas se centran en la creación de ambientes que favorecen un sueño profundo, incorporando elementos como la aromaterapia, la meditación y un entorno muy particular, pensado para reducir el estrés y la sobrecarga sensorial, asegurando que los visitantes logren una desconexión total de sus preocupaciones cotidianas.
La naturaleza como catalizador de la desconexión total
La naturaleza juega un papel fundamental en este tipo de turismo, ya que se ha demostrado que la exposición a entornos naturales mejora la calidad del sueño y disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Por ello muchos de estos destinos están situados en bosques, junto a lagos o en regiones remotas, donde el silencio y el aire puro contribuyen a la relajación y a la restauración del ritmo circadiano.
Además, los diseños arquitectónicos suelen ser minimalistas e integrar elementos naturales, como madera y piedra, para potenciar la sensación de armonía con el entorno.
Suecia, conocida por sus impresionantes paisajes naturales y su enfoque en el bienestar, ha comenzado a ofrecer experiencias de viaje diseñadas específicamente para ayudar a los visitantes a mejorar la calidad de su descanso. La idea es simple: desconectar completamente del estrés diario y sumergirse en entornos que favorezcan equilibrar los ritmos del cuerpo a través de actividades en la naturaleza durante el día, y una rutina vespertina que induzca de forma natural a un sueño profundo y reparador.
Tal y como ha apuntado en la CNN Christian Benedict, investigador del sueño de la Universidad sueca de Uppsala: "La abundancia de naturaleza accesible combinada con noches oscuras, temperaturas frescas y un énfasis cultural en la relajación, hacen de Suecia un lugar ideal para el turismo del sueño". Por eso no es de extrañar que en este país la oferta esté creciendo, al mismo tiempo que su demanda.
Una oferta que va en ascenso (al igual que sus precios)
Los hoteles que ofrecen este tipo de experiencias tienen un detalle que llama especialmente la atención: suelen ser alojamientos de lujo, con acceso limitado y tarifas elevadas (la noche pueden estar en torno a los 1.300 euros para dos personas).
Uno de los más conocidos en el país es el Treehotel, ubicado en Harads, al norte del país. Este hotel ofrece habitaciones "flotantes" en medio del bosque, diseñadas para mimetizarse con la naturaleza y proporcionar una sensación de calma absoluta. En teoría, la combinación de aire puro, diseño minimalista y silencio absoluto permite a los visitantes relajarse y desconectarse del ruido mental que impide un descanso reparador.
Otro como el hotel Arctic Bath, en la región de la Laponia sueca, basan su oferta en la hidroterapia como inductor del sueño. Este retiro sobre el río Luleä ofrece programas que combinan baños en agua helada con saunas tradicionales suecas que en teoría ayuda a equilibrar el sistema nervioso y preparan el cuerpo para un descanso profundo.
Si bien este enfoque innovador del turismo ofrece una solución para quienes buscan mejorar su calidad de vida, también resalta la importancia del sueño en el bienestar general y lo mucho que está costando en la sociedad moderna gozar de un buen descanso nocturno. Al final, parece que dormir bien será uno de los grandes lujos del mundo moderno.