
Algunos de los rincones más auténticos y fascinantes de España han sido, en muchas ocasiones, inmortalizados gracias a la literatura. Artistas y escritores de épocas pasadas quedaron prendados de pequeños pueblos que, con el paso del tiempo, han vuelto a captar la atención de viajeros en busca de historia y belleza. Un buen ejemplo de ello lo descubrimos gracias a la obra Judíos, moros y cristianos, donde Camilo José Cela describió con admiración un lugar que considera "quizás el pueblecito de más bellas vistas de toda España", una imagen evocadora que aún hoy define a la perfección una de las mejores características de este destino.
Se refería a Guisando, un pequeño y encantador pueblo ubicado en la provincia de Ávila en pleno corazón de la Sierra de Gredos. Rodeado de imponentes montañas y frondosos bosques, este destino es un paraíso natural que combina historia, tradición y paisajes de ensueño. Para quienes buscan desconectar del bullicio urbano y sumergirse en la belleza de la naturaleza, esta sin duda es una elección inmejorable.
Algo que capta la atención de inmediato es el nombre: su origen se remonta a tiempos medievales, aunque este se ha relacionado con la época romana. Algunos historiadores sugieren que podría tener un origen germánico, compuesto por los términos Wis (sabio) y Sanths o Sanps (verdadero); luego Guisando se podría traducir como "verdad sabia" o "sabio verdadero".
Guisando, un paraíso escondido en el Valle del Tiétar
El pueblo atesora varios rincones de interés que merecen una visita, como el Rollo de Guisando, un sencillo monolito construido a partir de la independencia de la localidad del señorío de Arenas en 1760, formado por tres tambores rematados por una picota. También el Monumento al Cabrero, erigido en honor a los orígenes del pueblo y a su pasado vinculado al sector de la ganadería caprina.
Sin embargo la verdadera atracción es adentrarse en su entramado de callejuelas. Pasear por sus estrechas y laberínticas calles permite admirar la belleza de sus casas encaladas, mientras el sonido del arroyo del Covacho, que serpentea entre sus rincones, aporta una melodía natural que realza la serenidad del lugar.
Por eso, aunque Guisando no tiene un casco antiguo "al uso", gracias a su precioso conjunto se le considera como uno los municipios más bonitos de Ávila. De hecho, fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1974 debido a su valiosa arquitectura tradicional.
Un enclave perfecto para el turismo activo
Guisando es un destino ideal para los amantes del turismo activo. Su privilegiada ubicación en la Sierra de Gredos ofrece un sinfín de posibilidades para los apasionados del senderismo y la escalada. Uno de los enclaves más emblemáticos es la Garganta de los Galayos, cuyas imponentes formaciones rocosas atraen a escaladores de todo el mundo. Para quienes prefieren recorrer la montaña a pie, destaca la ruta que lleva a la Mira y al refugio Victory, situado a 1.950 metros de altitud. Este sendero no solo supone un desafío para los excursionistas, sino que también recompensa con vistas panorámicas espectaculares de la sierra.
El agua es otro elemento clave en la identidad de Guisando, presente no solo en su historia, sino también en su entorno natural. Durante el verano, las piscinas naturales del pueblo brindan un refugio refrescante en medio del paisaje montañoso, permitiendo a los visitantes disfrutar de un baño en aguas cristalinas rodeados de naturaleza.
La gastronomía es otro de sus grandes atractivos, con platos que reflejan la esencia de la cocina tradicional de la zona. Entre las delicias locales se encuentran las patatas revolconas, un puré de patatas con pimentón y torreznos crujientes, y el chuletón, preparado con esmero en los restaurantes del pueblo. También destacan los dulces artesanos como los mantecados y las perrunillas, ideales para acompañar un café.
Imagen de Visita Guisando