Esta americana pone a parir nuestra cultura y no ha soportado vivir en Cantabria

Esta americana pone a parir nuestra cultura y no ha soportado vivir en Cantabria
Sin comentarios
HOY SE HABLA DE

Lo que comenzó como el sueño de una vida nueva en Europa terminó convirtiéndose en una amarga desilusión. Es lo que le ha sucedido a Cristina Martínez, una estadounidense de origen cubano, quien se enamoró de España tras varios viajes y decidió mudarse aquí con su marido en 2022. Sin embargo, apenas dos años después, ha vuelto a su país natal profundamente decepcionada con la cultura y el estilo de vida de nuestro país.

La pareja, originaria de Fort Myers, Florida, vendió su casa y gestionó un visado no lucrativo para establecerse en Santander. Al principio, Cristina se sintió encantada con el entorno y, tras un tiempo, incluso compró una vivienda en el campo, convencida de que había encontrado su hogar ideal. 

Pero la magia pronto se desvaneció y la vida real no fue tan idílica como la imaginó.

Las "costumbres españolas" incompatibles con su estilo de vida

Santander Centro
Imagen | Spain.info

Cristina declaró que no pudo adaptarse a la forma de vida española. Según una entrevista que concedió a la CNN, uno de los impedimentos para adaptarse fueron los horarios de nuestro país (mencionando la siesta, como no podía ser de otra manera), que no le permitían hacer nada entre las dos y las cinco al estar todos los negocios cerrados.

El clima del norte también fue un obstáculo. Acostumbrada al sol de Florida, asegura que las prolongadas lluvias y la humedad le resultaron deprimentes. No se esperaba meses enteros "de cielos grises", aunque tampoco el calor del verano. Un problema que no vio venir desde su anterior hogar, donde se pueden alcanzar temperaturas de 35°C y una humedad habitual del 70%.

La gastronomía, uno de nuestros tesoros patrios, fue algo que valoró positivamente durante sus vacaciones, pero con el tiempo llegó a encontrarla repetitiva y poco saludable. Aunque suene irónico, encontró que en nuestra gastronomía habían  "demasiados fritos y demasiados mariscos".

Y aunque no tuvo problemas para conocer gente, sintió que la cultura era "cerrada", ya que los españoles no solemos invitar a los nuevos conocidos a nuestras casas con facilidad. Además, le sorprendía que muchos locales se preguntaran por qué alguien que venía de Miami había elegido vivir en Cantabria. "Con el tiempo, yo también empecé a hacerme la misma pregunta", admite.

Para rematar, también se mostró preocupada por la problemática de la ocupación ilegal de viviendas en España, lo que le impidió considerar mudarse al sur del país, además de una burocracia exagerada, de la cual hubiese querido saber antes de tomar la decisión de mudarse.

Y regresó a su país sin intención de volver

Felizmente, la protagonista de esta historia recibió una oferta para recuperar su antiguo trabajo en Estados Unidos y no dudó en aceptarla. "No había razones para quedarme. Sentía que España no tenía nada que ofrecerme", afirma.

Pese a su desencanto, admite que el paisaje de Cantabria es hermoso y que disfrutaba la tranquilidad de la región, pero no era suficiente para seguir intentando acoplarse.

Ahora, de regreso en Estados Unidos, confiesa que no tiene intención de volver a España, ni siquiera de visita. Aunque a muchos nos cueste creer que hacer un cambio como este (mudarse de Florida a Santander) pueda ser una decisión de la que puedas llegar a recular, hay una lectura clara aquí: no todo el mundo está hecho para dejar su tierra para vivir en otra, incluso hablando el mismo idioma y menos aún cuando no estás dispuesto a abrirte a su cultura.

Temas
Inicio