
Con la llegada del buen tiempo cada vez más cerca y a pocas semanas de Semana Santa, es el momento perfecto para empezar a planear escapadas que nos ayuden a desconectar de la rutina. Para quienes vivimos en ciudades ajetreadas, no hay mejor opción que una ruta de senderismo, y la que hemos descubierto es, sin duda, una de las más completas por la diversidad de paisajes y sorpresas que ofrece.
Se trata de la Ruta de la Miel, un itinerario de menos de dos horas que no solo permite adentrarse en la tradición apícola de Valverde de los Arroyos, considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, sino también disfrutar de su espectacular entorno natural y su rica flora y fauna.
De baja dificultad, esta ruta sigue antiguos caminos y senderos que durante generaciones han sido transitados por los habitantes del pueblo. Gracias a la iniciativa de la Asociación Viajando por los Pueblos Negros, el recorrido está completamente señalizado con paneles informativos que permiten descubrir cada detalle y enriquecer aún más la experiencia.
Una ruta senderista para saborear de principio a fin
El punto de partida de esta ruta es la era del pueblo, desde donde se toma un camino en dirección a Las Chorreras, aunque desviándose ligeramente para adentrarse en un paisaje dominado por cercados de huertos y prados. Durante los primeros metros del trayecto, los caminantes pueden deleitarse con la vista de frutales como cerezos, manzanos y perales, que forman parte del ecosistema agrícola de la región.
A unos 500 metros del inicio, se llega al paraje conocido como el Regajito, un pequeño manantial rodeado por imponentes castaños centenarios. Estos árboles, junto con la variada vegetación del entorno, ofrecen bastante sombra, tan necesaria cuando se realiza en los días calurosos.
Más adelante, tras recorrer otra distancia similar, se alcanza el Gollindo, un enclave singular con una pequeña cascada y un grupo de colmenas tradicionales de tronco. Este tipo de colmenas, que pueden observarse a lo largo del camino, son testimonio de una práctica tradicional que ha perdurado generación tras generación y que consisten en unos rudimentarios pero eficaces habitáculos para las abejas. A través de ellos podemos apreciar la ingeniosa adaptación de los antiguos pobladores a su entorno.
Continuando el sendero, se llega a los Pontones, donde encontramos un área recreativa con una pequeña retención de agua y mesas para descansar. Destaca aquí el puente de piedra, una muestra de ingeniería rural que, con más de dos siglos de antigüedad, sigue en pie como un símbolo de la destreza constructiva de los habitantes de la región.
A medida que la ruta avanza, se descubren parajes de gran belleza, como el barranco de la Angostura y la chorrera del Batán, una cascada cuyas ruinas evocan el pasado industrial de la zona. En este punto, se pueden observar las confluencias del arroyo de la Angostura y el que baja desde las Chorreras de Despeñalagua, creando un espectáculo natural impresionante y famoso entre los amantes del senderismo.
El camino de regreso a Valverde de los Arroyos pasa por un gigantesco castaño y cruza el arroyo por un puente de madera en la zona conocida como Pasas las Huertas. Desde aquí, el sendero se interna entre álamos, prados y huertos, hasta alcanzar la zona de las cabañas rurales El Cárabo y finalmente, el Airandón, antiguo asentamiento de pastores.
Valverde de los Arroyos: un destino que merece la pena una visita (o más)
Más allá de la Ruta de la Miel, Valverde de los Arroyos es un destino perfecto para los amantes del turismo rural. Famoso por su arquitectura de pizarra, sus calles empedradas y su ambiente tranquilo, este pueblo un lugar ideal para desconectar de la rutina y conectar con la naturaleza.
Desde su plaza, donde destaca la iglesia parroquial de San Ildefonso, hasta sus numerosas rutas de senderismo, cada rincón de Valverde invita a la contemplación y al disfrute. Y, por supuesto, no hay mejor forma de finalizar la experiencia que degustando la miel local, un producto que resume la esencia de esta tierra.
Imagen | Turismo Castilla la Mancha