
El turismo desmedido está generando serias dificultades en muchos destinos alrededor del mundo. Más allá de la gentrificación y el aumento del costo de vida, que afectan directamente a los residentes, el problema más preocupante es la creciente densidad de población en lugares cuya infraestructura no está preparada para recibir a un número tan elevado de visitantes. Esta presión excesiva sobre los recursos locales puede derivar en el deterioro del entorno natural, la saturación de los servicios públicos y una pérdida gradual de la identidad cultural.
Un claro ejemplo de esta problemática es Isla Mauricio, una joya del Océano Índico conocida por sus playas de arena blanca, aguas cristalinas y su rica diversidad cultural, famosa por algunas postales recurrentes que aparecen en redes sociales como Instagram y TikTok.
En las últimas décadas, la isla ha experimentado un crecimiento acelerado tanto en su población residente como en la afluencia de turistas, lo que ha generado una presión significativa sobre su territorio limitado y sus recursos naturales. A pesar de ser un destino paradisíaco, el rápido desarrollo está acarreando problemas que afectan tanto a los locales como a quienes buscan disfrutar de su belleza natural.
Un problema que ha agravado el turismo
Mauricio ha experimentado un crecimiento demográfico constante en las últimas décadas, alcanzando aproximadamente 1.300.400 habitantes en 2023. Con una densidad de 627 personas por kilómetro cuadrado, es el país más densamente poblado de África y uno de los más congestionados del mundo. Este incremento responde a varios factores, entre ellos una tasa de natalidad sostenida y una economía en expansión, impulsada por políticas fiscales bastante flexibles que han atraído a inversores y trabajadores de diversas regiones.
Paralelamente, el auge del sector turístico ha convertido a Mauricio en un destino altamente solicitado gracias a sus paisajes idílicos (de hecho durante mucho tiempo ha sido uno de los destinos de moda para ir de luna de miel), y una oferta de lujo que atrae a millones de visitantes cada año. Sin embargo, este éxito ha traído consigo problemas de masificación que ponen en jaque tanto al medio ambiente como a la infraestructura local. La presión sobre los recursos naturales, el aumento del tráfico y la sobrecarga de los servicios básicos son solo algunas de las consecuencias visibles de esta afluencia descontrolada.
Uno de los efectos menos esperados, pero cada vez más preocupante porque está acabando con la paz de la isla, es el alarmante aumento de perros abandonados. La combinación del crecimiento urbano, el turismo masivo y la falta de regulaciones efectivas en el control de animales ha llevado a una proliferación de perros callejeros, un problema que afecta tanto a la seguridad de los residentes como al bienestar de los propios animales.
Las principales atracciones del país son las más afectadas por la masificación
Para nadie es un secreto que las atracciones que se hacen famosas en las redes sociales son las que más rápidamente sufren los excesos de la masificación. Uno de estos lugares es la Playa de Le Morne, famosa por sus aguas cristalinas y su icónico monte Le Morne Brabant, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aunque sigue siendo un refugio de belleza natural, su popularidad ha llevado a una afluencia exagerada de visitantes, lo que puede afectar la tranquilidad del entorno.
Otro sitio muy concurrido es el Parque Nacional Black River Gorges, un destino ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. Este parque, que alberga una gran diversidad de flora y fauna endémica, es uno de los espacios protegidos más importantes del país. Sin embargo, su creciente popularidad ha generado un aumento del tránsito de turistas en sus rutas de senderismo, poniendo presión sobre sus ecosistemas.
Otro sitio impactado por el turismo es la Tierra de los Siete Colores en Chamarel, una maravilla geológica que exhibe dunas de arena con tonalidades que van del rojo al púrpura según la luz que haya durante el día. Colores que por cierto, suelen verse de forma más intensa gracias a los filtros de Instagram, y que suele decepcionar a muchos visitantes porque esperan encontrarse lo que han visto a través de sus pantallas.
La capital, Port Louis, es el centro financiero y cultural de Mauricio. Aquí, lugares emblemáticos como el mercado central, el hipódromo de Champ de Mars y el Museo Blue Penny atraen a una gran cantidad de visitantes, generando congestión urbana y desafíos en la infraestructura de la ciudad, que se percibe desde el momento en el que se llega a la ciudad.
Es verdad que el gobierno mauriciano es consciente de los desafíos que plantea la creciente densidad poblacional y la masificación turística. Para abordar estos problemas, se han implementado estrategias enfocadas en el desarrollo urbano sostenible, incluyendo la mejora de infraestructuras, promoción de viviendas asequibles y la protección del medio ambiente. Sin embargo, es importante que recordemos que es posible viajar sin contribuir a la saturación de los destinos turísticos y que hay destinos menos conocidos en los que muy probablemente podremos desconectar mejor de la rutina.