La cadena internacional de cafeterías Starbucks acaba de abrir su primer café en Argentina. Está ubicado en el centro comercial "Alto Palermo" en pleno corazón de la ciudad de Buenos Aires.
Parece increíble, que en una ciudad tan cosmopolita y cool como Buenos Aires, siempre en la avanzada de tendencias y consumo, y en una sociedad tan amante de la cultura del café como la argentina, Starbuck haya tenido que esperar hasta ahora para abrir su primer local.
La cadena preparó algunas "especialidades" con sabor y perfume argentinos para este eslabón: el Dulce de Leche Latte y el Dulce de Leche Frappuccino inspirados en ese manjar nuestro que ya es un atractivo cultural más y que atrapa a quien lo pruebe: el dulce de leche.
Asimismo, ha "creado" una infusion de yerba mate con leche (o sea el mate cocido que se puede encontrar en la merienda de cualquier casa normal), y tres "opciones de comida" (asi las presenta Starbuck al mercado mundial) que son las medialunas, los alfajores y los exquisitos sandwiches de miga (o "sanguches").
A esto llamo yo buscar satisfacer la demanda. Pero me pregunto: los porteños, tan aficionados al "cafecito" de la esquina, a leerse el diario o discutir de fútbol y política en esos templos del cafe y la cultura que son los tradicionales bares de Buenos Aires, ¿ se acostumbrarán al ambiente impersonal y transnacional de los Starbucks?
Seguro que sí, en Buenos Aires todo tiene lugar.
Otra pregunta: los alfajores de Starbucks: ¿son tucumanos, de maicena, marplatenses o cordobeses? Es que la cocina argentina es muy variada y el público muy exigente.
Aquí les dejo un vídeo que nos cuenta (en inglés) cómo se creó el nuevo sabor "Dulce de Leche Latte" en el cuartel general de Starbucks en Seattle, Estados Unidos.