Hoy se publica en el BOE la resolución con las especificaciones técnicas que deberán cumplir los aviones que quieran ofrecer servicios de telefonía móvil a bordo en España. Algunas compañías como Ryanair ya han empezado a hacerlo y es de suponer que hablar por el móvil durante un vuelo se convierta en algo habitual en pocos años.
¿Cómo funciona?
Lo que se hace es equipar al avión con su propia estación base. Una estación base es el dispositivo al que se 'conectan' los móviles para acceder a la red. Es decir, los aviones tendrán su propia antena de telefonía móvil a bordo.
Dicha antena está conectada al resto del mundo vía satélite, a través del sistema Inmarsat, que ya es ampliamente usado en los barcos. De hecho, los aviones tienen teléfonos a bordo, a disposición de la tripulación, que usan este sistema.
Las estaciones base pueden regular la potencia a la que un móvil recibe y transmite. En este caso, se regulará la potencia al mínimo posible para reducir al máximo las interferencias. En realidad, al estar la antena dentro del propio avión, no hay ninguna necesidad de emitir a altas potencias.
Para evitar interferencias con los sitemas en tierra, el sistema no deberá activarse hasta superar una altitud de 3.000 metros. Por lo demás, hay que mencionar que el servicio es totalmente equivalente al roaming internacional. Por tanto, es necesario que nuestra operadora móvil tenga un convenio con la operadora móvil del avión, y no hay que olvidarse de que los precios serán bastante elevados.
El mito de usar el móvil en el avión
La mayoría de la gente da por sentado que no se puede usar móviles en la cabina porque interfieren con los equipos del avión. Entonces, ¿por qué se va a permitir ahora su uso? sencillamente, porque no es cierto que usar un teléfono móvil dentro de un avión implique riesgos.
La electrónica de los aviones está convenientemente protegida, y en cualquier caso, la interferencia que pueda generar un móvil no es mayor que otras muchas interferencias que afectan al avión. Sin embargo, es más fácil prohibir su uso y evitar así ciertos 'daños colaterales'.
Para empezar, resulta más fácil controlar al pasaje si no tiene ningún contacto con el mundo exterior. Por ejemplo, la noticia sobre un ataque terrorista en el exterior podría causar pánico a bordo. Además, se podrían generar conflictos entre pasajeros por culpa de 'conversadores' poco respetuosos con sus compañeros de viaje.
También existe el problema técnico de los móviles intentando conectarse a las estaciones base de la superficie, lo cual, teniendo en cuenta la gran velocidad a la que se desplaza el avión, puede llegar a hacer enloquecer la red. Sin embargo, la altura de crucero en vuelos comerciales es suficientemente alta como para que esto no sea un problema.
Los hechos, desde luego, saltan a la vista: en el momento en que las compañías aéreas han visto que pueden hacer un gran negocio permitiendo llamadas a bordo, se les han quitado los escrúpulos. Algunas compañías se plantean incluso sustituir los anticuados luminosos de 'prohibido fumar' cambiándolos por otros que indicarán la posibilidad o prohibición de llamar por el móvil.
En realidad, llevaban años obligándonos a apagar los móviles sin tener ninguna razón de peso.
Imagen | Kay Hendry Más información | Resolución del BOE