En el corazón de Aragón, se encuentra un destino que cautiva por su historia y su capacidad para sorprender incluso a los viajeros más experimentados. Un lugar donde el pasado se hace presente de formas inesperadas, y cuyo reclamo más importante impacta por la historia que esconde en sus protagonistas.
Hablamos de Quinto, un pueblo donde los siglos parecen haberse detenido, invitando a los visitantes a descubrir su tesoro más fascinante: el Museo de las Momias. Aquí el tiempo ha preservado a sus protagonistas de manera sorprendente y lo ha convertido en uno de los mayores atractivos de este encantador pueblo zaragozano.
Ubicado en la antigua iglesia mudéjar de El Piquete, un edificio del siglo XIII, este museo, único en su tipo en España, alberga una colección impresionante de cuerpos momificados que datan de los siglos XVIII y XIX, descubiertos durante una restauración del templo en 2011. A diferencia de otras momias conocidas en el mundo, estas han sido preservadas de forma natural, sin ningún tipo de intervención humana, lo que las convierte en un testimonio fascinante de la historia local.
Un museo que desafía el tiempo
El museo ha sido cuidadosamente diseñado para ofrecer una experiencia inmersiva y respetuosa. Los visitantes pueden recorrer la iglesia restaurada mientras observan de cerca las momias y conocen los detalles de su descubrimiento y conservación. Esta explicación del proceso que han experimentado los cuerpos, junto con sus vestimentas y accesorios, ofrece una ventana única al pasado, permitiendo acercarse a la vida cotidiana, las costumbres funerarias y las condiciones sociales de la época.
Además, el espacio cuenta con paneles explicativos, proyecciones y una atmósfera que combina el respeto por el legado histórico con el asombro ante el poder del tiempo. Una visita al Museo de las Momias de Quinto ofrece un espacio muy interesante para entender la historia desde una perspectiva única y, como no, muy impactante.
Quinto, un precioso pueblo con mucho que ofrecer
Pero el museo no es el único atractivo de Quinto. El pueblo, con sus encantadoras calles y su tranquilo ambiente rural, ofrece una serie de actividades que complementan perfectamente la visita. Uno de los lugares más recomendados es la Casa Parroquial, una construcción del siglo XVI que reúne los principales rasgos arquitectónicos de los palacios aragoneses de la época. Este edificio con fachada de ladrillo y detalles ornamentales típicos de los palacetes de la región, es una de las mejores visitas que ofrece el casco histórico.
Otra parte esencial del legado arquitectónico de Quinto son los Portales de San Roque, San Antón y San Miguel, antiguos accesos defensivos construidos en la Edad Media. Estas estructuras, sencillas pero robustas, tenían la función de proteger las entradas al pueblo, ya que se abrían y cerraban durante las horas que mandaba el Concejo, para que nadie entrara en el pueblo de forma furtiva. Con el tiempo, han conservado su carácter histórico, otorgando a las calles del casco antiguo un aire medieval inconfundible.
Por último, Quinto cuenta con rutas senderistas que invitan a explorar su entorno natural, ideales para quienes disfrutan de caminatas tranquilas rodeados de naturaleza.
Imagen | Momias de Quinto