Villa Torlonia, la residencia del dictador Benito Mussolini desde 1925 hasta 1943, abrió ayer sus puertas al público tras un largo proceso de restauración que ha costado seis millones de dólares.
Situada en medio de un amplio jardín junto a la Vía Nomentana y cerca del centro de la ciudad de Roma, el edificio se construyó en 1830 para la familia Torlonia, aristócratas romanos de alto copete, y en su interior guarda hermosos mármoles, frescos y candelabros de cristal.
En las habitaciones se pueden ver magníficos trampantojos que provocan la ilusión de estar dentro de un templo egipcio o de una catedral gótica. Pero lo que más ha llamado la atención de los especialistas es el salón de baile decorado con pinturas de algunos de los más importantes artistas italianos del siglo XIX. Además de los exóticos jardines, abiertos al público desde 1978, el complejo se compone de una reproducción de una tumba subterranea etrusca, un teatro y un chalet de estilo suizo. Mussolini mando construir un bunker fortificado y una cámara antigás seguramente cuando los vientos de guerra empezaron a torcerse.
Toda la grandilocuencia, fastuosidad y exceso que a menudo se relaciona con Mussolini quedan reflejados perfectamente por la extravagancia y abrumadora profusión artística y cultural del conjunto.
Abandonada durante muchos años, la villa fue adquirida por la ciudad de Roma en 1977, que comenzaría su restauración en los años 90.
Curiosamente los arqueólogos que restauraron el bunker y la cámara antigás encontraron bajo ellos una serie de tumbas cristianas del siglo II con tres cuerpos. Además bajo los jardines se encuentra un importante conjunto de catacumbas judías de la época romana, sobre las cuales se proyecta construir un museo del Holocausto.
El nuevo museo puede visitarse en grupo y previa reserva de momento, hasta que se abra al público en general. Muestra pinturas y esculturas de artistas modernos de la ciudad.
Vía | Times Online Más Información | Villa Torlonia