En las remotas islas Lofoten, Noruega, en los confines del Ártico, podemos visitar el pueblecito de Henningsvaer. No es un pueblo particularmente especial, salvo por una cosa: cuenta con su propio estadio, el Henningsvær Idrettslag Stadion.
El estadio se encuentra, además, sobre Hellandsøya, un islote rocoso rodeado por las frías aguas del océano. Un lugar como de otro mundo.
Henningsvær es una localidad de apenas 500 habitantes que vive casi exclusivamente de la pesca, y el turismo apenas se acerca a ella.
Un elemento típico del paisaje de Henningsvær son los abundantes estantes donde se seca el bacalao. Aparte de eso, y con un invierno muy frío donde hay muchas horas de oscuridad, no hay mucho más que hacer, por eso los lugareños disfrutan especialmente de su estadio de fútbol para entretenerse. Y la larga y oscura noche ártica no es un problema, porque el estadio está provisto de iluminación eléctrica.