Hace unos días, nuestra colega Eva nos contaba cómo son los bruine cafes de Amsterdam. Esos bares de luz tenue donde la gente se reúne a tomar una copa.
Hasta el 01 de julio, cuando entró en vigencia la Ley Antitabaco en Holanda, era posible fumar en ellos mientras se compartía una charla entre amigos. Pero en estos últimos meses, las ventas han caído entre un 20 y 30%, los vecinos se quejan de los fumadores en las veredas y la clientela se siente perseguida.
Entonces los dueños de los bares, han decidido tomar cartas en el asunto directamente.
Si vas estos días por Amsterdam, y te pasas por un café, serás invitado a colaborar con un fondo para el pago de multas por infringir la Ley Antitabaco. Dueños y clientes ( de muy buena gana, dicho sea de paso) aportan a un bote especial en previsión de una inspección y el acta consiguiente.
Los empresarios gastronómicos se han organizado en foros y al menos 5.000 establecimientos han vuelto a colocar los ceniceros sobre las mesas en claro desafío a la ley.
Vía | El Mundo