Se desviste al muerto de su ropa blanca y todos aquellos que presencian el funeral se bañan con incienso. El sacerdote afila su largo puñal contra una piedra mientras recita mantras y corta la carne del cuerpo en grandes pedazos. Los huesos y el cerebro se machacan y se mezclan con harina.
El olor a carne y a incienso atrae a un gran numero de buitres que vuelan en círculos alrededor del funeral. El sacerdote se aparta unos metros y los pájaros gigantescos se abalanzan en un festín frenético, apresando cada pequeña parte diseccionada del cuerpo y llevándosela al cielo, presenciado todo por la familia del muerto desde una colina cercana.
Esto es el funeral celeste, un funeral de tradición ancestral tibetana. Mientras puede parecer una locura para la sensibilidad occidental, en esta parte del mundo tiene su sentido espiritual. De acuerdo con el credo budista, el cuerpo es un mero vehículo para transportar la vida; una vez el cuerpo muere, el espíritu deja el cuerpo y éste ya no es necesario. Dar el cuerpo de comida a los buitres es un acto final de generosidad al mundo de los vivos y establece un vínculo con el ciclo de la vida.
La visita turística está prohibida pero igual estás de suerte y la familia del difunto te invite a presenciarlo. Por supuesto, las fotografías están prohibidísimas.
Más información | Sky Burial Lonely Planet