Diversión en el aeropuerto de Singapur

Diversión en el aeropuerto de Singapur
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De un tiempo a esta parte, los aeropuertos buscan modos diferentes para hacer que el tiempo que pasamos entre sus pasillos e instalaciones sea una experiencia lo más agradable posible.

Los viajeros que estén de tránsito en el aeropuerto Changi de Singapur ahora tienen una nueva atracción que seguro garantizará su diversión o al menos la de sus hijos.

El nuevo esparcimiento nos lo ofrecerá en recién inaugurado tobogán gigante que está localizado en la Terminal número 3. Según comentan se llegan a alcanzar velocidades superiores a los 35 km/h cuando nos lanzamos en este tobogán de más de 12 metros de altura.

Este aeropuerto fue nombrado el mejor del año 2010. Además entre sus instalaciones encontraremos una piscina sobre el edificio principal, un balneario y un pequeña reserva natural de mariposas.

Eso sí, cada vez que los viajeros deseen lanzarse por el tobogán tendrán que pagar apróximandamente 9 euros. Esta iniciativa aunque menos práctica se une, como ya señalaba al principio de la entrada a la tendencia de otros aeropuertos como el de San Paulo-Guarulhos con sus servicios dentales o el Charles de Gaulle de París con sus Sony Playstation para jugar gratuitamente entre vuelo y vuelo.

¿Alguno de vosotros ha estado en el aeropuerto de Chnagi?

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Comentarios cerrados
    • Efectivamente, da gusto pasar unas horas en el aeropuerto de Singapur.

      Yo he estado un par de veces, cada una por espacio de unas seis horas y se me pasaron volando. La piscina, la reserva de mariposas y aves, un tío tocando el piano en directo haciendo la música ambiental, el spa...

      Una de las veces venía de Bali totalmente embarrado, me pilló una buena tromba de agua entre Bingin y el aeropuerto e iba en moto, así que me metí en el spa, me cambié de ropa, una delicia.

      Y cuando yo estuve también había play station gratis, y en unas pantallas de plasma gigantes, además de terminales de internet gratuitos donde lo único que había era un aviso para que, por favor, pensaras en otros viajeros y no lo utilizaras más de quince minutos.

      Y lo mejor las salas donde poder echar una cabezada. Unos butacones comodísimos en una habitación sin ruido y a media luz donde hasta podías programar un despertador que la hora indicada hacía vibrar la almohada y te espabilabas sin molestar a los demás.

      A ver si toman nota otros aeropuertos, Barajas por ejemplo, donde no puedes ni siquiera encontrar un sitio para sentarte y mucho menos tumbarte.

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