Sobre la costa pacífica de México, Ixtapa-Zihuatanejo concentra la atención del turismo internacional. Un complejo de dos poblaciones que muestran caras totalmente diferentes y complementarias para que visitante se lleve una experiencia completa: modernidad y tradición.
Ixtapa
En la década de los años 70, esta porción de la costa del Pacífico mexicano era sólo un gran palmeral. Una extensa plantación de cocoteros ocupaba un espacio que hoy se disputan grandes complejos hoteleros.
Ixtapa nace de la planificiación, como Cancún, y para competir con el mismo modelo que el centro turístico del Caribe. México necesitaba un Cancún en el Pacífico y allí estaban las playas de Ixtapa.
Y entonces se levantaron hoteles, campos de golf, edificios de apartamentos, centros comerciales, etc. El resultado es una cara de México for export donde todo está en su lugar y dispuesto para el turista. Un lugar pensado y utilizado por turistas principamente de Estados Unidos, familias, golfistas, viajeros mayores que buscan tener all inclusive en el entorno ideal de una costa hermosa.
La gran Playa del Palmar es el escaparate para grupos que aprenden kitesurf, practican parasailing o posan para su album de fotos de novios o viajes de estudios para mostrar a sus amigos de Dakota o Montana. La mayoría de los accesos a la playa están en hoteles, por lo que los visitantes que no sean huéspedes de esos complejos, deben buscar los escasoplayas, Pacíficos accesos libres para acceder a ella… o atravesar el complejo con “cara de huésped“ hasta tocar la arena.
Si te gusta el surf, o ver surfear, en Ixtapa tendrás un show gratis. Sus fuertes olas son muy buscadas, especialmente las de la playa Escolleras cerca del Puerto Deportivo.
Una visita interesante es la de la Isla Ixtapa donde olvidarse un poco del agobio de hoteles y empresas turísticas. Se llega con barcas desde el muelle de la playa Linda en tan sólo 5 minutos de navegación. Aquí encontramos 4 playas frente a un mar azul y su belleza se continúa debajo de la superficie, por lo que es un lugar muy buscado por buceadores.
Zihuatanejo
La personalidad de Zihua no puede ser más distinta a la de su vecina. En aquellos 70, ya era un pueblito pescador donde se refugiaban los hippies de entonces. El centro mantiene el encanto de esos momentos, en sus callecitas empedradas y aceras angostas donde se apretujan bares y talleres artesanos.
La herencia marinera sigue presente. Muy temprano, los pescadores salen a la mar y al regresar suelen ofrecer su captura en la misma playa. Una playa más amigable, hablando de la fuerza de sus olas. Aquí habrá menos surfistas ya que las olas son menos potentes.
Caminando por el paseo marítimo se llega a las diversas playas suiguiendo los caprichos del terreno que sube y baja poniendo a prueba nuestra resistencia. Pero vale la pena el esfuerzo. Rodeando una saliente rocosa llegamos a playa Madera, un poco más adelante a la amplia playa La Ropa. Aquí se impone un alto para probar la cocina marinera: pescados y mariscos frente al Pacífico. ¡Un placer!
Un poco más separada del Zihuatanejo recomiendo la playa de Las Gatas, ideal para bucear, si encuentras el camino al agua entre los cuerpos al sol, las tumbonas y los niños recogiendo erizos a la orilla del mar.
Fotos | Cristian Gonzalez Veron y Kevin Broidy