En este recorrido por las Fallas de Valencia pasamos a hablar de esos espectaculares monumentos de cartón o poliuretano que se alzan sobre la estructura de madera y que dan nombre a la Fiesta. Las fallas, que ya empiezan a tomar la ciudad, hunden sus raíces en las ancestrales culturas mediterráneas, convirtiéndose en un ritual pagano de purificación tributado a la primavera.
Cada plaza de Valencia, cada encrucijada de calles, cuenta con su particular falla que arderá el 19 de marzo a medianoche. Más de 700 monumentos para deleite de valencianos y visitantes de la capital del Turia en estas fechas especiales.
En estos monumentos efímeros se representan, con muy buen humor y con bastante sarcasmo, cualquier aspecto de la vida, más o menos actual. Nadie se libra de la crítica, ni de la quema: el mundo de la política, del famoseo, actores, futbolistas... todos acaban siendo pasto de las llamas en un ritual de purificación que tiene unos orígenes ancestrales.
Bueno, esto no es del todo exacto, sí hay algún monumento que no arderá: los ninots indultados. Cada artista fallero selecciona la figura que considera más lograda del monumento que está construyendo y, unas semanas antes de la colocación o plantá de las fallas en las calles todos los ninots seleccionados se presentan en una exposición conjunta.
Mediante una votación popular se premia aquel ninot que, por su belleza o su gracia e intención satírica, el pueblo considera merecedor del indulto del fuego. Cada año se salva un ninot de las fallas grandes y otro de las infantiles, que se incorporan al Museo Fallero para su exposición.
El año pasado pude ver unas cuantas fallas, y la que encabeza estas líneas fue de las que más me gustaron, correspondiente a Molinell-Alboraya, aunque no resultara de las más grandes. Muchas veces, con menos presupuesto hay que agudizar el ingenio y lograr que lo pequeño luzca más.
Precisamente una de las polémicas que persigue a las Fallas estos últimos años es que suelen ganar los primeros premios las fallas más grandes, las que cuentan con más presupuesto. Éstas pueden superar los 30 metros de altura: el récord lo ostenta la Falla Nou Campanar 2007, con 39 metros.
Aunque la fecha oficial para la plantá, que es cuando las fallas comienzan a colocarse en las calles, es el 15 de marzo, lo cierto es que cada año se empieza antes. Pero en teoría es mañana, 15 de marzo, a las 8 de la mañana para las infantiles y a medianoche para las fallas grandes, cuando los monumentos lucen en todo su esplendor para todos.
Las figuras o ninots representados en las fallas desarrollan un hilo argumental. El conjunto de la falla cuenta una historia, de modo que estamos ante una narración como en cuadros que son veraderas obras de arte. Distintos carteles van complementando el monumento, formando parte artística del mismo. Como complemento a los letreros, algunas comisiones editan un folleto ("llibret") en el que se explica mediante versos satíricos el contenido de la falla.
Los ninots son cuidadosamente diseñados y modelados en los talleres falleros donde se reúnen verdaderos artistas para su elaboración durante todo el año: dibujantes, escultores, pintores, carpinteros...
El ninot que aparece en la foto sobre estas líneas corresponde a la Falla Exposición, titulada "I tu a que jugues?" (¿Y tú a qué juegas"), una de las que más me gustaron y que se llevó el 4º premio de la sección especial el año pasado. Los otros monumentos más pequeños que podemos ver en la galería de imágenes corresponden a fallas infantiles, que muchas veces, aunque menos espectaculares, son las más originales.
Por cierto, que si este año deseas contemplar algunas fallas menos conocidas, fuera de los circuitos turísticos más concurridos, pero originales y muy imaginativas, puedes apuntarte estas rutas.
Tendremos hasta el día 19 para disfrutar de los monumentos, momento en el que llega la culminación de las fiestas con la "cremá". Se pone punto y final álgido a todo un año de ilusión y de trabajo para muchos. A las 22 horas empiezan a arder las fallas infantiles para dar paso, a medianoche, a las llamas que prenderán los grandes monumentos.
Durante gran parte de la noche, y casi hasta el amanecer, se van sucediendo las distintas quemas, ya que es necesario que haya bomberos en cada acto, por lo que se establecen turnos. Hay quienes disfrutan conociendo los horarios de las cremás y acudiendo a varias la misma noche.
Un consejo si queréis vivir de cerca la cremá de una hoguera: mejor elegir una de las menos conocidas. Porque acercarse a las principales fallas suele resultar, si no imposible, bastante complicado debido a la gran afluencia de gente que se agolpa para no perderse este espectáculo de fuego.
Recordemos que las Fallas están declaradas Fiesta de Interés Turístico Internacional, y que viene gente de medio mundo a disfrutarlas. El año pasado, el Ayuntamiewnto estimó en 1.200.000 visitantes los que se acercaron o estuvieron durante la semana fallera en Valencia. Muchos acuden esta última noche a disfrutar del espectáculo de la cremá.
Por toda la ciudad, tracas y castillos anuncian el fuego que entre aplausos, gritos y lágrimas de algunos, consume las fallas convirtiéndolas en humo y ceniza renovando cada año el ritual ancestral.
La madrugada del 19 al 20 de marzo dará lugar al silencio tras muchos días y noches de fiesta, de pólvora, de luces, de música... hasta las Fallas que vienen.
Pero a nosotros aún nos queda por conocer más aspectos de esta fiesta, antes de llegar a su día grande.
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