508 metros, 101 plantas y 5 pisos subterráneos, durante seis años fue el rascacielos más alto del mundo. Hablamos de la torre Taipéi 101, construida en el año 2003 (récord que fue arrebatado por el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa de Dubái, en Emiratos Árabes Unidos).
Pero si algo hace especial a uno de los rascacielos más altos del mundo (actualmente ocupa el sexto lugar) no es tanto su imponente figura como que es medioambientalmente sostenible. Y por tanto sí que es el edificio de estas características más alto del mundo.
Dado que el Taipéi 101 favorece el ahorro y eficiencia energética, o el uso de agua de lluvia para los servicios y el riego de plantas, ha ganado el título de edificio verde más alto del mundo.
Diariamente, unos 5.000 empleados y 7.000 compradores y visitantes ponen visitan en esta torre de oficinas con centro comercial, un flujo que se esparce rápidamente por las distintas plantas gracias a su ascensor, el más rápido construido hasta ahora.
El Taipei 101, como todas las estructuras espirales, utiliza el simbolismo del axis mundi: un centro del mundo donde la tierra se une con el cielo y los cuatro puntos cardinales se juntan.