Ferrara

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Hoy nos trasladamos a la localidad italiana de Ferrara y a su monumento más emblemático, el Castillo de los Este o Castillo Estense, también llamado Castillo de San Michele, que ha contribuido a que el casco histórico de la ciudad haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad. El Castillo es un edificio de ladrillo de planta cuadrada dotado de cuatro torres defensivas y rodeado por un foso de agua, con orígenes defensivos a finales del siglo XIII. Durante los siglos XV y XVI albergó una valiosa colección de pinturas, dispersa más tarde. La familia de los Este en Ferrara vivía en un Palacio (actual Palacio del Ayuntamiento), pero tras unas revueltas se consideró la necesidad de crear una fortaleza defensiva para proteger a los señores, por lo que se inició la construcción del Castillo Estense al lado norte del Palacio, encargando el proyecto al arquitecto Bartolino de Novara. Se utilizó una torre que ya existía (la Torre de los Leones), unida a otras tres nuevas y esta fortaleza estaba unida a la antigua residencia estense probablemente a través de un paso elevado de madera para permitir una posible huída hacia las afueras de la ciudad. Hoy el Castillo está en el centro, caminando desde la Estación de tren por la avenida principal (llegamos a Ferrara desde Bolonia) destaca como el primer gran monumento que nos recibe. Recordemos que los Este fueron una dinastía noble italiana, soberanos del Ducado de Ferrara (1240–1597) y de Módena (1288–1860) e importantes mecenas de las artes durante el Renacimiento, sobre los cuales aprendemos mucho en nuestra visita a la Emilia-Romaña. Junto al Palacio de los Diamantes el Castillo Estense es una visita obligada en Ferrara. Es el primer monumento destacable que nos recibe, con su foso (es un de los pocos castillos que conserva el foso inundado) y sus imponentes torres. La función defensiva del castillo fue perdiéndose y en él se construyeron apartamentos, anexos del palacio y se sucedieron varias ampliaciones. En el siglo XVI tras un incendio se reformó el castillo y quedó el exterior como lo vemos hoy, obra del arquitecto Girolamo da Carpi. El castillo mezcla el austero aspecto medieval de las partes inferiores con el renacentista de las terrazas elegantes que sustituyen el almenaje o la estilización de las torres a través de sus miradores. En el patio antiguamente estaban retratados los antepasados de los Estensi y hoy sobreviven unos pocos frescos puestos bajo el pórtico en el lado este del patio. También vemos dos pozos destinados antaño al abastecimiento de agua en caso de asedio, y bolas de piedra redondas apiladas, municiones de catapulta que nos recuerdan la antigua función defensiva del edificio. Una lástima que la subida a la Torre del León esté temporalmente suspendida debido al terremoto que sacudió la localidad en 2012, pues nos apetecía acceder a la Torre. No hicimos la visita completa por el interior del castillo, ya que queríamos aprovechar el día en Ferrara y tiene mucho por ver. De modo que nos quedamos por el exterior, accediendo por sus puentes levadizos al antiguo patio de armas y asomándonos al foso, impresionados por este castillo y por la cantidad de turistas que a él se acercan en estas fechas... Desde aquí podéis hacer una visita virtual a las distintas plantas, salas y jardines del castillo. Las cocinas, las salas decoradas ricamente (con grandes espejos para que no sufra el cuello al observar los techos), las prisiones, el jardín de los naranjos, las capillas... sin duda merecen un amplio recorrido, que nos hubiera dejado sin tiempo para recorrer buena parte de la ciudad, como finalmente sí hicimos. ¡Habrá que volver al castillo! En verano el Castillo de los Este en Ferrara abre de 9.00 a 13.00 y de 15.00 a 19.00 (cierra los lunes no festivos de julio y agosto) y el resto del año en horario de 9.30 a 17.30. Cada día se hacen varias visitas guiadas por el castillo. La entrada completa cuesta 6 euros (reducida 4 euros). Sitio Oficial | Castello Estense En Diario del viajero | El Palacio de los Diamantes en Ferrara, Bolonia, ciudad de pórticos infinitos, Subir a la Torre Asinelli de Bolonia: las mejores vistas de la ciudad