Enclavados entre montañas de laderas abruptas y rodeados por aguas cristalinas, los fiordos suelen considerarse como el refugio ideal para aquellos que buscan escapar del sofocante calor del verano. Estos paisajes únicos, con sus profundos valles, ofrecen un oasis de tranquilidad y naturaleza en estado puro, lejos del bullicio de las playas más concurridas. Y gracias a que estos suelen gozar de una temperatura más suave, permiten disfrutar de una escapada refrescante en contacto directo con la naturaleza.
Aunque en el sentido estricto de la palabra España no cuenta con este tipo de formaciones, lo cierto es que los impresionantes paisajes del Embalse de Riaño, en la provincia de León se han ganado el apodo de "fiordos leoneses" debido a su geografía repleta de montañas escarpadas.
Esta zona fue declarada Parque Regional en 1994 gracias a su riqueza paisajística y natural, ya que en ella se conservan ecosistemas propios de la región eurosiberiana, con unas extensas áreas de bosque atlántico caracterizadas por robledales y hayedos, y una fauna en la que destaca la presencia del oso pardo y el urogallo.
Un paraíso natural con miles de posibilidades
El mejor punto de partida para explorar los "fiordos leoneses" es el encantador Riaño, un pueblo que ofrece una rica historia y cultura local. El Museo Etnográfico de Riaño es una parada obligatoria para conocer la vida tradicional en la montaña leonesa, desde su arquitectura típica hasta sus costumbres y oficios. Aquí es posible descubrir cómo vivían los antiguos habitantes de la región, especialmente antes de que tuviesen que reubicarse en el valle de Valcayo junto con los otros siete pueblos que están ahora mismo debajo del pantano que se inauguró en 1987.
También se recomienda visitar la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, una construcción que, junto al Hórreo de Riaño, fue trasladado desde el antiguo pueblo antes de la construcción del embalse.
El columpio más grande de España
Al hablar de Riaño es imposible no mencionar una de sus atracciones más famosas y virales. Nos referimos al columpio más grande del mundo, un estratégico punto que, gracias a las redes sociales se ha hecho muy conocido, ya que permite comtemplar una de las vistas más espectaculares del entorno. Para llegar allí se debe visitar el Mirador de Las Hazas, en donde también se puede disfrutar de impresionantes vistas panorámicas del embalse, rodeado por las majestuosas montañas de la Cordillera Cantábrica.
Por supuesto, una de las mejores actividades que se pueden realizar en la zona es el senderismo. La Ruta al Pico Gilbo es una de las más conocidas, ya que permite llegar a uno de los picos más icónicos de la zona, conocido como "el Cervino leonés" por su forma. Desde la cumbre se divisan unas vistas espectaculares del embalse y de los valles circundantes. Otra visita imprescindible es el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre es una zona protegida que rodea el embalse y que ofrece caminatas más ligeras, como la Senda del Carés.
Y para rematar una escapada perfecta, también es posible hacer un paseo en Barco por el Embalse, gracias a recorridos guiados que permiten explorar rincones inaccesibles por tierra y disfrutar del paisaje desde una perspectiva única.