Uno de los trenes más especiales del mundo, el Tren de las Nubes vuelve a funcionar después de casi 2 años de estar inmóvil. Este mítico tren recorre 217 kilómetros en los cuales asciente hasta los 4.200 metros sobre el nivel del mar en el Viaducto de La Polvorilla. Esta obra de ingeniería única en su tipo, comunica la Puna con la ciudad de Salta, capital de la provincia argentina del mismo nombre (en el extremo noroeste del país).
El recorrido se desarrolla por una de las zonas más abruptas de la cordillera por lo toma unas quince horas (desde las siete de la mañana hasta aproximadamente medianoche) para salvar esos pocos kilometros (ida y vuelta). Durante el mismo atraviesa 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 "rulos" y 2 zigzags.
Durante las paradas en las diferentes estaciones los habitantes de los pueblos presentan pintorescos puestos con artesanías, vestimenta y productos regionales y se genera así una oportunidad única para tomar contacto directo y personal con una realidad muy distinta a la de todos los días de la mayoría de nosotros. Si bien estas comunidades indígenas están muy acostumbradas a la presencia de los turistas, sus cámaras y divisas, conservan la mirada de curiosidad (o sea que allí nosotros somos los "raros").
Decíamos que el Tren de las Nubes vuelve a funcionar, aunque estará en plena forma a partir del mes de noviembre. Hace 2 años, y después de una vergozosa explotación que lo sumió en una decadencia técnica y operativa, el Tren funcionaba mal y en lugar de ser un atractivo en sí mismo, era una piedra en el zapato para poder disfrutar de esta obra y de una de las zonas más bellas de la América del Sur.
Ahora, de la mano de un consorcio mixto público y privado, y después de una graninversión, volvemos a tener la posibilidad de disfrutar del famoso Tren de las Nubes. A partir de noviembre tomarán reservas para los próximos meses. Si an por allí, no lo duden. Como muestra, les dejamos algunas fotos del recorrido (que detallaremos mañana)
Vía | Diario Clarin
Diario del Viajero | Nuevo autobús a las nubes en la Puna argentina