En momentos en que se está tomando conciencia de la responsabilidad de cada uno de nosotros en la conservación de nuestro planeta, American Airlines transportó a sólo 5 pasajeros en un Boeing 777 entre Chicago y Londres el pasado mes de febrero, dejando así una "huella" de más de 35 toneladas de dióxido de carbono por pasajero.
El bimotor más grande del mundo, el Boeing 777, frecuentemente conocido como el "Triple Siete", puede transportar desde 290 a 368 pasajeros.
Ante la demora que el vuelo mostraba para su salida de la ciudad de Chicago, la empresa ofreció el reruteo o embarque en otra compañía aérea con destino a Londres. La gran mayoría del pasaje lo aceptó. Sin embargo esos 5 pasajeros (no sabemos si por cabezotas o porque sabían que podrían sacar algún provecho de la circunstancia), se mantuvieron en el vuelo reservado y, aunque horas después, salieron en él hacia la capital británica.
Y por supuesto que tuvieron compensación: upgrade a business class y atención personalizada por más personal que pasajeros. Un despropósito.
La compañía adujo que tenía muchos pasajeros esperando en Londres para el vuelo de regreso, pero de todas formas, una situación como ésta indigna a cualquiera que se preocupe un poco por el medio ambiente, y por la economía de recursos.
La huella de dióxido de carbono dejada por cada pasajero transportado equivale a conducir un automóvil a lo largo de 160.000 kilómetros.
Vía | CNN