Algo falla. No se habla de otra cosa en España desde hace quince días, pero seguimos sin enterarnos bien. Pese al martilleo informativo, muchos fumadores siguen sin saber a ciencia cierta dónde pueden encender un cigarrillo y dónde no.
En los aeropuertos, donde ya existían fuertes restricciones desde hace algo más de dos años, el panorama no ha variado mucho. Está permitido fumar en los smoking points, que serán reestructurados próximamente para que la separación sea mayor, incluso física, ya que actualmente son espacios abiertos separados de manera invisible por una corriente de aire. En el caso de algunos aeropuertos (Madrid-Barajas, por ejemplo), también se puede fumar en algunas cafeterías y salas VIP (en las salas de Iberia y AENA hay dos zonas bien diferenciadas; en las de Spanair, de momento, está prohibido). Para comprar tabaco, en cambio, hay que acudir al duty free o al estanco de toda la vida. Los bares y los quioscos ya no lo venden.