“Si hay algún problema, llámame”. ¿Quién no ha dicho esta frase, al menos una vez, a la persona que se iba a encargar de sus tareas en el trabajo?
Son muchos los que se van de viaje dejando la puerta abierta a llamadas, mensajes y consultas, en teoría urgentes, pero en la práctica no tanto. Esto, que debería ser una excepción, se ha convertido en norma, tal como revela un estudio realizado por Passport-Photo Online que analiza nuestros hábitos de trabajo durante las vacaciones.
Si crees que eres la única persona que pringa en sus jornadas de descanso, quizá los resultados te sirvan de consuelo.
Menos días y con el portátil a cuestas
En el año 2000, nos tomábamos de media 20,3 días de vacaciones al año. En el 2015 esta cifra se había reducido a 16,2 y, en la actualidad, nos hemos quedado en 14 días.
Por si fuera poco, un 39 % de los encuestados se siente culpable por ausentarse del trabajo, y solo un 7 % se deja siempre el portátil en casa.
¿Para qué nos lo llevamos?
- El 50 % de los trabajadores revisa el correo una o varias veces al día.
- Casi el 92% asistieron al menos a una reunión virtual durante sus últimas vacaciones.
Pero todavía hay cosas peores…
El 93 % de los empleados han cancelado o pospuesto sus vacaciones
Así es, 9 de cada 10 encuestados ha suspendido sus días de veraneo o los han pospuesto por motivos laborales. A pesar de que el 87 % piensan que los jefes deberían tener prohibido contactar con ellos en esas fechas, a menos que se trate de una emergencia.
Los motivos son variados. Volvemos a la oficina para:
- Estar al tanto de proyectos y/o plazos importantes (un 20,36 %)
- Garantizar la seguridad laboral y las oportunidades de promoción profesional (un 17,32 %)
- Mostrar que estamos implicados en el trabajo (un 16,2 %)
- Evitar regresar con mucho trabajo acumulado y/o una bandeja de entrada desbordada (un 13,95 %)
- No causar retrasos en nuestras responsabilidades y/o objetivos (un 12,94 %)
- Evitar ser considerados como reemplazables (un 12,82 %)
En general, se palpa el miedo a perder “puntos” en la empresa, y no es tan descabellado, sobre todo teniendo en cuenta que más del 85 % de los profesionales se han enfrentado a consecuencias negativas por no estar disponibles en sus vacaciones.
La sanción más común, con un 18 %, es la exclusión de proyectos importantes. Un 17,66 % tuvo más trabajo de lo normal a la vuelta, mientras que un 16,99 % se quedó sin un ascenso.
En España, la Ley de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales regula las obligaciones de las empresas para que se garantice el derecho al descanso y la integridad del tiempo no laborable. Sin embargo, estos datos reflejan que pocas veces se cumple.
Al final, cada uno es responsable de poner los límites necesarios para que las vacaciones sean de verdad un tiempo de reposo y desconexión, pero casi nunca es fácil.
El tema está tan asumido que hasta tiene un nombre: trabajaciones. Incluso hay quien afirma que son una tendencia del 2023; otros preferimos llamarlo trastada, siendo finos.
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