En mayor o menor medida, a todos nos llama en algún momento la naturaleza. Nos pertrechamos con la mochila y el calzado de montaña, y tiramos hacia las espesuras del bosque. Y es que uno de los mayores placeres de estas escapadas no solo es la contemplación de la naturaleza, sino sus sonidos: los pájaros, el follaje ondeando por el viento, las pisadas de algún animal...
El bosque es un concierto de sonidos naturales, pero muchos de ellos pueden pasar desapercibidos. Por ello, unos estudiantes de interiorismo de la Academia de Estonia de las Artes han instalado megáfonos como los que podéis ver en las imágenes. Una especie de altavoces naturales gigantes que nos permitirán envolvernos de los sonidos del bosque cuando estemos en el propio bosque.
Estos altavoces son como embudos gigantes construidos con láminas de madera diseñados para aumentar el volumen de todo lo que se mueva, berree o cante alrededor. Se llaman ruuj, y está situados en un bosque próximo a la capital de Tallin, en Estonia, muy cerca de la frontera con Letonia.
Sirve, además, como refugio y lugar de descanso para hacer un alto en el camino y dejarse relajar por el sonido ambiental. «Los altavoces están instalados de manera estratégica de modo que desde el centro de la instalación se recibe los sonidos del bosque desde tres direcciones distintas, logrando así un efecto envolvente único».
Para alcanzar estas construcciones hay que contactar con el Centro de Naturaleza de la localidad de Pähni, en el condado de Vöru.
Vía | Yorokobu