En la región de Baviera, al sur de Alemania, particularmente la que considero lo más bonito y frondoso de Alemania, existe una pequeña aldea que parece resistir numantinamente al uso de combustibles fósiles y energía nuclear: toda la energía que genera procede de renovables, lo que la convierte en autosuficiente.
Pero todavía va más lejos: de esta forma sostenible genera tanta energía (cinco veces más de la necesaria), que puede comercializar todo su excedente. Este pueblo idílico para quienes estamos concienciados con el medio ambiente se llama Wildpoldsried.
Wildpoldsried cuenta con unos 2.600 habitantes que, fundamenetalmente, se dedican a la ganadería lechera. Su nuevo paradigma de obtención de energía, a través de sistemas hidroeléctricos, paneles solares fotovoltaicos, turbinas de viento y biomasa se inicieran hace 19 años, y así continúan: demostrando que otra forma de vivir es posible. Con 70 vacas, las cantidades de estiércol son suficientes como para producir gas, junto con el maíz que se cultiva en la misma localidad, y que sirven para generar electricidad.
Para 2011, la aldea producía tres veces la energía que consumía. Hoy en día genera 500% de la que necesita. Según Susi Vogl, portavoz de la comunidad y encargada de organizar los grupos de visita que hacen turismo energético:
En total, los ciudadanos han invertido 40 millones de euros en todo el proyecto y el retorno ha sido de 5 millones de euros al año por la energía que le vendemos al tendido eléctrico.
Todo un ejemplo de sostenibilidad. Un pueblo pionero que no ha debido sacrificar sus señas de identidad y su encanto pintoresco para resultar medioambientalmente respetuoso. Un ejemplo del que deberían empezar a tomar buena nota muchas otras localidades.
Vía | BBC