La polémica está servida señoras y señores. Hay quien llega a un avión y reclina el asiento para relajarse y descansar y no se preocupa de si hay alguien detrás. Hay quien lo mantiene en la misma posición todo el vuelo porque sabe que total para lo que se baja no vale la pena molestar al pobre humano de detrás. ¿Está cerca el fin de asiento reclinable del avión? Pues hay una mayoría que así lo quiere. Y no estaría mal. Quizás.
A ver, que no es Viola la que se vuelve loca e inicia una cruzada contra los reclinistas, no, resulta que cada vez más gente alza su voz en contra de esta posición del asiento, que causa más problemas que comodidades, así que casi piden a gritos que o se haga por tiempos contados o se prohiba totalmente.
Cuando te subes a un avión hay dos tipos de personas: los que tienen un "alma altruista", son considerados con el confort de los demás, y los del "alma egoísta", que buscan su comodidad a expensas de los demás. Ahí entra todo el tema de los asientos reclinables y estirarse de más e invadir espacios vitales. Y si nos vamos a los TCPs anda que no han tenido que mediar en discusiones por este tema. Todos nos hemos quedado atrapados por asiento de delante alguna vez, o nos han tirado el café o las cosas que tenemos en la mesita, o incluso nos han hecho daño.
Tras recientes encuestas, hasta casi un 91% de los entrevistados creen que se debe de sacrificar parte del confort y o bien prohibir que se reclinen los asientos en los vuelos cortos o se permita sólo en determinados momentos. Una lucecilla más vamos, como la del cinturón. Incluso hay muchos que piden que sea así también en los vuelos largos, con tiempos tasados.
Por supuesto estos dramas sólo los sufrimos los de clase turista, que ya se sabe que en preferente esto se lleva mejor, sobre todo en los vuelos largos, que es toda una amplitud propia de una habitación de hotel. Y vosotros ¿cuál sería vuestra postura?
Foto | Michelle Lee
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