Sí, habéis leído bien, y yo tampoco salgo de mi asombro ni doy crédito todavía a semejante despropósito a estas alturas de la película. Y es que resulta que el sector turístico se ha propuesto intentar controlar las opiniones vertidas en los blogs de viajes y turismo. Por ejemplo, como éste mismo.
Que si "se utilizan como plataforma para emitir opiniones interesadas contra destinos de la competencia", que si "cualquier persona puede vertir sus criterios subjetivos sobre los destinos a los que ha viajado, a menudo aparecen opiniones interesadas de gente que nunca ha estado en el lugar del que habla", que si... en fin, argumentos (¿argumentos?) por el estilo. Motivos (¿motivos?) por los que piden ni más ni menos que "un compromiso que obligue a las compañías tecnológicas a crear herramientas que permitan controlar este fenómeno" (¿cómo?). Solicitud que han realizado en la Asamblea General de la Organización Mundial de Turismo. Es más, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos está preparando un decálogo específico para los blogs (¡¡¡¡¡????), iniciativa que cuenta con el apoyo de la patronal europea de hoteles y restaurantes. ¿Y?
En fin, otros a los que internet los ha pillado durmiendo y desconocen que no se le puede poner puertas al campo y que ahora es el usuario quien tiene el control y cuya participación se puede utilizar en favor de uno. Vamos, que en lugar de dejarse llevar por la corriente y subirse al carro de los blogs o redes sociales, prefieren remar (inútilmente, claro está) a contracorriente. Además, son ya varias las empresas del sector las que cuentan con blogs corporativos, participan en redes sociales, publican vídeos en YouTube...
¿A qué tienen miedo? Se admiten respuestas...
Vía | Tecnorantes