Nos gusta tanto viajar porque, además de conocer lugares nuevos y disfrutar de paisajes, arquitecturas y gastronomías diferentes, visitar otros países nos permite, también, empaparnos de la cultura y las costumbres de la gente en los sitios que visitamos. De hecho, muchas de las tradiciones que tienen en otros lugares pueden chocarnos o sorprendernos y, de igual forma, ocurre cuando los turistas visitan Europa.
¿Alguna vez te has preguntado qué cosas les resultan raras a los turistas cuando visitan países como España, Italia o Bélgica? Aunque en Europa hay una gran diversidad de costumbres, la realidad es que los europeos compartimos muchas tradiciones y formas de vida, algunas de ellas sorprendente para los turistas asiáticos o americanos.
En un foro americano sobre viajes europeos, hemos encontrado algunas de las costumbres o cosas que hacemos los españoles (entre otros) que dejan boquiabiertos a nuestros vecinos del otro lado del charco. ¿Quieres conocer algunas de ellas?
Desde tender la ropa, hasta el bidé del baño
- Que los servicios públicos sean de pago. Aunque de por sí las palabras "público" y de "pago" parezcan contradictorias, la realidad es que en muchos países de Europa, si queremos utilizar un servicio público (en una estación de tren o en un parque, por ejemplo), es necesario pagar. A veces son cantidades simbólicas, como 20 céntimos, mientras que otras veces podemos llegar a pagar hasta un euro. Algo que sorprende mucho a los turistas.
- Que la lavadora y secadora sea un solo electrodoméstico. En países como Estados Unidos es habitual encontrarnos por un lado, la lavadora y, por el otro, la secadora; mientras que en Europa es más habitual (especialmente en países del norte, como Reino Unido, Noruega o Suecia) que nos encontremos ambas funciones en un mismo electrodoméstico. Esto es algo que sorprende a los turistas quienes, además, consideran que la función de secado funciona bastante mal (o te encoge la ropa).
- ¿Para qué sirve el bidé? El baño es uno de los lugares que más sorprende a los turistas no europeos, especialmente la presencia del bidé. Aunque es algo que ya no se encuentra con tanta facilidad en edificios o establecimientos modernos, todavía hay muchos países (incluido España) que cuenta con hoteles o apartamentos en cuyos baños hay un bidé (aunque a los americanos les cuesta entender para qué sirve).
- Que los vendedores en los mercados elijan las frutas o verduras por ti. Aunque esto no ocurre en los supermercados, sí es cierto que en los mercados europeos, el comerciante que asiste en la frutería suele darte tanto las frutas como las verduras a elección propia, algo que para los turistas no europeos es raro. En sus países, lo habitual es que el comprador compruebe el estado de la fruta, algo que, por ejemplo, sí que hacemos si vamos al supermercado.
- ¿Y los enchufes en el baño? En algunos países de Europa, como Reino Unido, es habitual que no encontremos ningún enchufe en los aseos o baños, algo que choca a muchos turistas que, tras pegarse una ducha, esperan poder secarse el pelo mientras se miran en el espejo del baño. Normalmente, en estos lugares lo que sí que podemos encontrar son adaptadores para las maquinillas de afeitar, pero poco más.
- Las diferentes formas de tirar de la cadena del váter. Otra cuestión que sorprende a muchos turistas no europeos son las múltiples formas de tirar de la cadena del váter y, en esto, quizás haya que darles la razón. ¿Te has parado a pensar los múltiples modos que tenemos? Los hay que son con un sensor de movimiento, otros que tienen dos o tres botones en la cisterna (para escoger la cantidad de agua), también la típica cuerda o cadenita de la que tiramos o, también, una pequeña palanquita que empujar hacia abajo en el lateral del mismo. ¿Se te ocurre alguna otra?
- Tender la ropa en los balcones o ventanas. Habituados al uso de secadoras, los turistas no europeos ven extrañísimo que tendamos nuestra ropa a la vista de todos, en nuestras ventanas o balcones y, más aún, que compartamos cuerda con el vecino de enfrente, a través del patio. No obstante, aún más raro les resulta que no se nos vuele la ropa y que tengamos que utilizar numerosas pinzas para evitarlo.
- Tiendas y establecimientos que no aceptan efectivo. Muchos turistas que viajan a Europa cambian sus dólares o monedas a euros (o la divisa que corresponda) para realizar sus compras en establecimientos (y controlar así más sus gatos). Por este motivo, se sorprenden que haya establecimientos (ya sean tiendas o restaurantes) donde no acepten efectivo, algo que cada vez ocurre con más frecuencia.
- ¿Por qué se apaga sola la luz del baño? Otro aspecto de los baños que inquieta a los turistas no europeos es que las luces de los aseos en restaurantes o centros comerciales se apaguen automáticamente después de un tiempo. En muchos casos, de hecho, no has terminado de hacer tus necesidades cuando la luz se apaga, algo que a los turistas les sorprende (y seguramente a más de un europeo, también).
- Que la llave de la habitación de los hoteles se necesite también para dar la luz. En muchos hoteles es habitual que nos proporcionen una tarjeta-llave para entrar en la habitación y, además, esta misma sirve para poder tener luz. Esto es algo que a los turistas no europeos les extraña mucho, mientras que para nosotros es algo habitual.
FOTO CABECERA POR SKITTERPHOTO / PEXELS