Más del 42,6 % de los turistas de Benidorm proceden del Reino Unido, frente al 42,1 % de turistas nacionales. Además, la ciudad cuenta con 3.874 británicos empadronados, casi el 6 % de una población total de 69.738 habitantes.
Viendo estas cifras, es comprensible que algunos ingleses se sientan los dueños de este pedacito de Alicante, aunque no lo sean, o incluso que se enfaden cuando no se cumplen sus expectativas vacacionales.
Las reclamaciones vienen de lejos, en 2015 abrieron un grupo en Facebook para denunciar los robos y estafas que sufrían en la localidad. En 2018, la queja de una turista británica se hizo viral porque, según ella, en Benidorm había demasiados españoles. Y este año, Forbes determinó, analizando sus reseñas, que era el destino europeo donde más se enfermaban los turistas. Una afirmación bastante discutible.
¿Qué les pasa ahora? Pues que se han tomado como un ataque personal la afición de algunos españoles de madrugar para ir a la playa. Al parecer, piensan que lo hacen para fastidiarles, porque eso es en lo primero que pensamos cuando estamos de vacaciones, claro.
La guerra de tumbonas se traslada a la playa
Ver a los turistas corriendo para quedarse con la mejor ubicación en la piscina es un clásico que cada verano se repite en Benidorm, y en un buen número de hoteles españoles situados en la costa.
Una auténtica guerra de tumbonas en la que los españoles solemos quedarnos al margen, pero que ahora, al trasladarse a la playa se ha convertido en un enfrentamiento entre locales y british.
Los tabloides The Sun y Daily Mail han publicado unas fotos donde se ve a unos turistas nacionales instalando las sillas y la sombrilla en la playa cuando todavía está amaneciendo.
Según ellos, con dos intenciones: irse luego a dormir con el sitio guardado, y obligar a los turistas ingleses a usar las hamacas de pago (LOL).
Esta denuncia también la han recogido en el canal de YouTube Benidorm stuff, con un vídeo que ya lleva más de 2.600 "me gusta" y 91.000 visualizaciones.
Está en inglés con opción de subtítulos en español, y en él podemos ver que muchas de las personas que se han asegurado el sitio se encuentran allí disfrutando de la mañana. Por otra parte, a pesar de que la primera fila está más ocupada, el resto de la playa queda totalmente libre.
Hasta en la orilla hay bastantes huecos disponibles, así que alegar una falta de espacio por su culpa es bastante exagerado, por no decir falso.
El Ayuntamiento de Benidorm se defiende
Abandonar enseres en la playa o en cualquier espacio público no está permitido, y la Policía Local tiene potestad de retirarlos o imponer sanciones de hasta 750 €. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Benidorm han aclarado que apelan al sentido común de los visitantes y este año todavía no han puesto ninguna.
Tal como indican desde fuentes municipales, estos diarios ingleses han publicado unas imágenes sacadas de contexto apoyándose en suposiciones que no son ciertas. Su explicación es muy clara: "La mayoría son personas que se quedan, no se les puede retirar. Suelen colocar la sombrilla y se van a dar un paseo, pero tampoco están haciendo nada que esté prohibido".
Tal como admite el propio Daily Mail, esto ocurre mientras muchos turistas del Reino Unido todavía están de fiesta o roncando en la cama. ¿Qué sugieren entonces? ¿Que los españoles madruguemos para guardarles el sitio a ellos? ¿Que no entremos a la playa hasta que no se hayan levantado e instalado en su zona favorita?
Quizá alguien tendría que recordarles que Benidorm es una ciudad, y no un resort donde todo el mundo está a su disposición. Aunque viendo lo mucho que repiten destino, imagino que deben ser pocos los que piensan así.
Es curioso, porque cuando se trata de protagonizar el turismo de borrachera, incluso desde el avión, ahí sí que se ponen de acuerdo la mayoría. Qué cosas.
Portada | Martijn Vonk