Argentina es así. Actúa muchas veces con esos arranques de rabia adolescente sin medir sus consecuencias. Únicamente así puedo comprender una decisión gubernamental de los últimos días que establece la exigencia de una "tasa de reciprocidad" para extranjeros que visiten el país (¡ qué arte para los eufemismos !)
Movido por un sentimiento de absurdo revanchismo, el gobierno pensó: "Si vos me cobrás visa para entrar a tu país, yo te cobro a vos también" Y rápidito (para buscar ingresos somos muy "rapiditos") fijó una tasa de ingreso a viajeros de países que piden el pago de visa a turistas argentinos
Para colmo de males, la tasa tendrán que pagarla no sólo los turistas (con el consiguiente aumento de costes de su "paquete" ya de por sí muy elevado por el peso de un billete aéreo caro y por la nada despreciable cantidad de dinero que se necesita para morverse allí), sino que también alcanza a viajeros de negocios ( como si sobraran las oportunidades comerciales, ¿verdad? ) y a estudiantes ( ¡ así les damos un magnífico ejemplo de la cultura local !).
El Decreto 1654 lleva la glamourosa firma de la presidenta del país, y afecta a ciudadanos de Arabia Saudita, Botswana, Bulgaria, Canadá, China, Cuba, Puerto Rico, Egipto, Estados Unidos, Estonia, Ghana, Guyana, India, Kenya, Nigeria, el Líbano, Rumania, Rusia, Siria, Taiwán y Vietnam.
Por más que le llamen "tasa" y no "visa", es una medida meramente recaudatoria y restrictiva. A pesar de las fuertes críticas de los sectores profesionales del turismo argentino, un ventarrón soberbio les da aires de grandeza a las autoridades que piensan hacer cambiar a países como Estados Unidos para que levanten su exigencia de visa a los ciudadanos argentinos. Permítanme que me ría.
En un panorama mundial de restricción económica, cuando los viajeros disminuyen cada día ( pregunten a las compañías aéreas ) resulta paradógico tomar una decisión así. Sin tomar en cuenta esta última medida histérica, se habla de una caída del 15% en el negocio turístico argentino en los próximos meses.
Estados Unidos es el segundo país en cantidad de visitantes que aporta a la Argentina, después de Brasil, con casi el 8% del total. Entre 2006 y 2007, se incrementó en 7% la llegada de estadounidenses a la Argentina y 19% el arribo de canadienses.
Por un puñado de dólares, la Argentina abona una vez más una imagen negativa en algunos de los mercados que se sienten más atraídos por nuestro país. La tasa para visitar Argentina será similar al costo del visado que exigen esos países a los viajeros argentinos. Por ejemplo: desde los 30 pesos a los ciudadanos nigerianos, u$s 100 a los australianos a los u$s 131 a los estadounidenses.
Confundir "soberanía nacional" con negocios, en un panorama recesivo o en cualquiera, es no tener los pies en la tierra. Una imposición que costará muchas "campañas" remontar.
Si multiplicamos el monto de cada "tasa" por la cantidad de pasajeros afectados, veremos que se suman millones de dólares de ingresos sin un fin u objetivo claro de utilización (eso de " dotar de mayor seguridad el sistema migratorio" es demasiado ambiguo). Tal vez allí esté la única razón real de la existencia de esta "tasa".