La Bahía de Acapulco es sin dudas una de las más bellas de América. El atractivo de sus playas, el colorido de sus costumbres, su ambiente cosmopolita y la cordialidad local, han atraído desde hace décadas a turistas del mundo entero.
Lamentablemente, Acapulco ha perdido mucho del glamour de la década del '70, cuando era la meca de los famosos para sus vacaciones. El mal funcionamiento de la escasa infraestructura sanitaria extistente hasta ahora, ha provocado que sus aguas sufran un alto grado de contaminación, lo cual juega decisivamente en contra al momento de elegir un destino turístico de playa.
Las autoridades mexicanas han puesto en marcha un plan para relanzar el balneario de Acapulco,sobre el Pacífico mexicano, enfocado en resolver el problema de contaminación de su bahía.
Para ello, desarrollaron un programa de saneamiento con duración de cuatro años que incluye el tratamiento de aguas residuales, alcantarillado y dotación de agua potable, para mejorar el medio ambiente y garantizar que las playas estén libres de contaminación por descargas de agua residual.
Asimismo se preveen obras para prevenir inundaciones a causa de huracanes y efectos climáticos ya comunes en la zona como las tormentas causadas por La Niña.
El programa, que tendrá un costo de 70 millones de dólares (unos 40 millones de euros) beneficiará a más de 600 mil habitantes y a 6 millones de turistas.
Ante esta alagüena noticia, espero sinceramente que nada interrumpa el desarrollo de este programa, que traería mejores condiciones de vida a los residentes y garantía de salubridad a los visitantes.
Y cuando digo "nada" hablo de los males que aquejan siempre a los grandes proyectos en mi tierra latinoamericana (toda ella): la corrupción, los negociados, las peleas políticas y el olvido de las necesidades de su gente.
Vía | La Jornada