Hace pocas semanas se inauguraba el flamante Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata o MAR, sumándose a un menú de opciones de altísimo nivel artístico en la Argentina. Es de destacar que la estructura y la colección de este museo está al mismo nivel que los grandes museos de la misma temática del mundo que se encuentran en grandes capitales.
Me perdonarán que lo diga con innegable orgullo ya que se trata de mi ciudad de origen, pero Mar del Plata se merecía un museo de arte del primer nivel y en este caso, dedicado a lo mejor de la cultura contemporánea argentina. Colores, estilos, formas que se desarrollaron en las últimas décadas del siglo XX y que hoy pueden disfrutarse en sus flamantes salas dentro de un edifico de vanguardia.
Lamentablemente no lo he podido visitar aún (aunque ya está dentro de mis prioridades para la próxima vez que visite "mi pueblo" del otro lado del Atlántico). Pero gracias a la visita y la exhaustiva crónica de la misma que nos deja Nicolás Pasiecznik en su blog, puedo anticipar ese recorrido y compartir con todos lo que mas me atrae de su fondo.
Los argentinos que lean este post reconocerán fácilmente los nombres de los actores de esta colección, y los que no conocen bien el escenario artístico argentino de vanguardia de finales del XX y comienzos del XXI, sumarán unos cuantos nombres a tener en cuenta. Para entender un poco mas el fondo de este museo, recomiendo repasar la trayectoria del famoso Instituto Di Tella, que diera alas a muchos de los creadores que exponen aquí y por cuyo escenario desfilaran artistas tan dispares como Norman Briski (mimo), Les Luthiers (músicos) o Nacha Guevara (Cantante).
La "divina locura" de Marta Minujín nos recibe desde el acceso, con su lobo marino gigante que se recubrirá de césped artificial en estos días. Nada extraño en una artista que creara un Obelisco de pan dulce o un Partenón de libros.
Ya en las salas, la visita nos llevará en un paso por el Pop Art argentino con obras de la propia Minujin, Jorge de la Vega, el marplatense Pablo Menicucci, la sala dedicada a Delia Cancela, Edgardo Giménez, a internacional Josefina Robirosa o el inclasificable y divertidísimo Federico Klemm.
No faltan íconos setentosos y ochenteros como portadas de revistas, una sala tapizada de colchones como los que Minujín buscaba en las calles París hace años para realizar sus primeras obras o una escultura gigante del bodypainting sobre Moria Casán que hiciera Giménez en el esplendor de la diva. En fin, un recorrido que no veo la hora de poder realizar. Y que recomiendo a los amantes del arte contemporáneo.
Cuando pases por mi ciudad, Mar del Plata, y quieras ir al nuevo Museo de Arte Contemporáneo, prueba con pedirle al taxista que te lleve a la canchita de los Bomberos de toda la vida. Parte del antiguo campo de fútbol está hoy sabiamente ocupado por el MAR.
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