El nombre de la localidad toledana de El Toboso aparece indisolublemente unido a un personaje literario universal, don Quijote y su amada Dulcinea. En El Toboso imaginó el hidalgo que vivía esta dama, y hoy podemos visitar la que podría haber sido su casa.
La Casa Museo de Dulcinea del Toboso nos muestra en una típica casa señorial de los siglos XVI y XVII el modo de vida de entonces. Se dice que Cervantes pudo inspirarse para crear a Dulcinea en la Señora Ana Martínez Zarco de Morales, que habitó aquí en su tiempo.
La Casa de la Torrecilla, donde se ubica el museo, está en la calle Quijote y ha sido declarada Monumento Histórico-Artístico. En ella conocemos la cocina, el aseo, las alcobas, el patio y los corrales... No nos cuesta imaginar a sus habitantes en estas estancias, recibiendo las visitas, realizando las tareas cotidianas.
Es interesante la exposición del mobiliario de época y los útiles cotidianos (cerámica, cestería...). En la bodega hay tinajas y desgradoras de uva. También vemos aperos de labranza y caballería. Llaman la atención la prensa de aceite con viga de 15 metros y un peculiar retrete.
La Casa Museo de Dulcinea abre de martes a viernes de 10 a 14 y de 16:30 a 19:30 horas; los sábados: de 10 a 14 y de 16 a 18:30; domingos: de 10 a 14 horas. La entrada entre semana cuesta 0'60 euros (menores de 18 años, gratis). Los fines de semana la entrada es gratuita para todos los visitantes.
Ya sabéis, una parada imprescindible en las rutas del Quijote. Además tras la visita a la casa Museo Dulcinea en el Toboso hemos de probar los duelos y quebrantos, las migas, las gachas o el delicioso queso manchego, y no podemos perdernos el Museo Cervantino o el Museo de Humor Gráfico Dulcinea.
Foto | M. Peinado en Flickr-CC En Diario del viajero | Los molinos del Quijote en Campo de Criptana (Ciudad Real), Rutas Turístico Literarias en Castilla-La Mancha: Quijote, Cid, Lazarillo, Manrique y la Alcarria