Seguro que a los responsables de esta sala de exposiciones no les supone un disgusto que les roben alguna de sus piezas, ya que se trata de imitaciones. En la capital de Tailandia se encuentra el museo de las falsificaciones de Bangkok, donde se exhiben más de 3.500 objetos falsos.
Este curioso museo tiene más de dos décadas de antigüedad y expone piezas de poco valor como camisetas, cinturones, perfumes, guitarras, llantas de coche o motocicletas. Lo curioso es que entre su colección se exhiben tanto artículos originales como falsificaciones, aunque los diferencian con etiquetas.
El propósito del museo de las falsificaciones de Bangkok es concienciar a sus visitantes sobre la importancia de preservar los derechos de la propiedad intelectual, de hecho, sus responsables son abogados.
Los países de sureste asiático, como Tailandia, Vietnam o Camboya, y también los de Europa del este, son los mayores productores de falsificaciones, relegando a China a una segunda posición. Por la parte de la demanda, la lista de consumidores la encabezan Tailandia, India o Brasil.
El museo de las falsificaciones de Bangkok se ha convertido, sin duda, en una forma muy peculiar de defender la propiedad intelectual.
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