Dos trabajos de edición fotográfica nos muestran como serían las obras de arte sin sus protagonistas
Si ayer os enseñábamos el fantástico trabajo de Ignacio Pereira con la edición de fotografías de Madrid para mostrarnos sus calles vacías, hoy queremos enseñaros otros dos proyectos muy interesantes que han cobrado actualidad con motivo del covid-19.
Como si los más famosos personajes también hubieran optado por el #yomequedoencasa, el fotógrafo José Manuel Ballester hizo un trabajo en 2007, que nos muestra como serían las obras de arte sin sus protagonistas. En estos días, hemos visto también en Instagram versiones similares realizadas por David Bokeh que ha acometido un proyecto similar.
José Manuel Ballester, sorprende con sus versiones de los cuadros más famosos, de muchas obras maestras que tras pasar por sus manos, quedan sin presencia humana, en otro estupendo proyecto de edición fotográfica que nos conmueve en estos días.
Quizás este cuadro de Las Meninas de Velázquez es el que más me ha impresionado, ya que sin la imagen de los Reyes, las infanta Margarita y sus Meninas, el autor o el perro, nos damos cuenta de los volúmenes que inspiraron al pintor y vemos mejor la iluminación.
También sobrecoge la famosa obra de Leonardo Da Vinci en esa mesa vacía, el escenario de La última cena que tantas veces hemos admirado y ahora parece el escenario o composición para unas fotos de bloggers gastronómicos.
El nacimiento de Venus, sin la diosa o tantas obras conocidas, tienen ahora otra dimensión que nos sobrecoge, al ver como se han borrado a sus protagonistas, como si hubieran optado por quedarse confinados en casa como todos estamos haciendo.
El autorretrato de Vincent Van Gogh o el fantástico cuadro de El Grito de Edvard Munch cambian totalmente al verse vacíos, reflejando así la soledad del espectador en estos días difíciles en los que las noticias casi monotemáticas nos tienen preocupados en casa.
No sé cómo explicar mis sensaciones al ver estas obras de arte, pero me parecen una buena obra creativa, que nos ayuda a valorar el contacto humano, incluso cuando somos meros observadores. Este tipo de cuadros, tras pasar por estos creadores, nos sobrecogen y nos dan que pensar.
Hasta que podamos volver a los museos y mientras nos conformamos con las visitas digitales de las que ya os hemos hablado, estos trabajos de José Manuel Ballester, David Bokeh y otros nos ayudan a pensar en la alegría de volver a visitar los originales, cuando todo esto pase.
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