Los mercados gourmet y delicatessen llevan ya un tiempo siendo la salvación de los viejos mercados de abastos en bastantes ciudades de España. Muchos se reinventan modernizando sus interiores (como el del Progreso de Vigo) y otros van dejando los puestos tradicionales en favor de locales dedicados a productos delicatessen y restaurantes de moda.
Algunos de esos mercados hasta son una mezcla de ambas encarnaciones, como el de Vallehermoso en Madrid, un mercado en el que aún hay pueden verse los puestos de toda la vida (hasta hay un relojero en la plazuela central) compartiendo espacio con los sitios más hipsters, como si dijéramos, para comer o tomarse una cerveza. Y, poco a poco, va poniéndose de moda entre los habitantes más jóvenes del barrio de Chamberí.
Las verdulerías y lo gourmet
El mercado de Vallehermoso está en la confluencia de las calles Vallehermoso y Fernando el Católico, en la zona de Arapiles del distrito de Chamberí. Fue edificado en 1930 siguiendo, además, un estilo diferente al de otros mercados municipales de Madrid, con una llamativa fachada roja, y en sus mejores momentos llegó a tener más de 70 puestos de alimentación.
La competencia de las grandes superficies (El Corte Inglés tiene un centro a muy pocos metros de distancia) fue llevando al cierre a muchos de esos puestos y, como comentábamos antes, los que no han cerrado se han reconvertido para ofrecer productos gourmet. Aquí se pueden encontrar carnes de la sierra de Madrid, quesos asturianos, de tés, un pequeño puesto de comida italiana (que hasta tiene especialidades como la nduja), otro de empanadas argentinas o una panadería sin gluten, y conviven con algunas paradas tradicionales.
Destacan los dos puestos de frutas y verduras que ocupan el centro del mercado, y que están flanqueados por otro de quesos y embutidos, una panadería, una pescadería y una pollería, con un relojero en medio. También hay una pequeña mercería, y los vecinos del barrio siguen comprando en todas esas paradas. Pero son los bares los que están haciendo más conocido el mercado.
La cocina fusión de Vallehermoso
Probablemente, el establecimiento que atrae a más público es Kitchen 154, un puesto de comida picante fusión con especialidades tailandesas, coreanas y hasta mexicanas que se ha ido poniendo de moda desde el pasado verano, hasta el punto de hasta los sitios en la barra hay que reservarlos. El hilo musical que los locutores de Radio 3 aprobarían y la vitalidad de los cocineros, que cocinan a la vista de los clientes, terminan de darle su personalidad al local.
Kitchen 154 puede ser la propuesta gastronómica más llamativa del mercado, y una de las últimas en llegar, pero no es la única. A su lado está Washoku, un japonés con sushi preparado en el momento, y casi en frente hay un mexicano diminuto, Güey, cuya especialidad son los tacos fritos y el tuétano. Al otro lado del mercado hay un puesto de raciones un poco más tradicional, Prost, con una extensa carta de cervezas, que son las grandes protagonistas de otros dos bares, Drakkar (decorado a lo vikingo) y un puesto de cervezas La Virgen que ocupa lo que antes era una parada de pescados y congelados, La Concha.
Todos estos locales son los que atraen al público más joven al mercado, que se mezcla con quienes hacen la compra diaria. Cada vez más mercados abren una zona de restauración, como va a hacer el nuevo de Barceló, pero el encanto del de Vallehermoso es que conserva todavía parte del ambiente de los mercados de abastos de siempre. No es un establecimiento completamente dedicado a los productos delicatessen, como el muy turístico de San Miguel, o a los bares, como el de San Ildefonso, sino que todavía es un poco una mezcla entre lo que está de moda y lo tradicional.
Para quienes busquen experiencias gastronómicas en Madrid que se salgan un poco de lo habitual (y no les apetezca recorrerse los bares de la calle Ponzano, por ejemplo), el mercado de Vallehermoso puede ser una opción interesante.
En Diario del Viajero | Mercados de Madrid (I): San Miguel, San Antón e Isabela