¿Te apetece una suculenta tapa de grillos, arañas, gusanos de seda y murciélagos a la fritanga? Este delicatessen no es precisamente la última moda en noveau cuisine con salsa de rúcula a la vinagreta. Se trata más bien del snack nacional favorito de Camboya. Es sorprendente el elevado número de expatriados camboyanos que se mandan cajas de grillos fritos a Francia, Estados Unidos o Alemania para seguir así disfrutando en la distancia de su plato predilecto.
Así como las bolsas de pipas circulan por las calles de España con total impunidad, en Camboya la gente pica por las calles una buena bolsa de grillos fritos. Lo bueno de este pica-pica es que no deja cáscara por el suelo, todo va del paladar a la panza en un delicioso recorrido gustativo.
Por la noche se puede ver a los nativos andando por los campos más minados del planeta con un somier y una linterna estilo minero en la frente. Con la luz atraen a los cantarines grillos que para su desgracia terminan en las redes de ese somier-trampa.
Las arañas son peludas y relativamente grandes. El líquido que desprenden al ser masticadas se esparce abundantemente por la boca por lo que no es recomendable a seres de paladar sensible.