Qué duda cabe de que los drones no son una moda pasajera, y mucho menos en el ámbito de las fotografías y los vídeos de viajes: desde su punto de vista cenital y su capacidad de introducirse en lugares inaccesibles para nosotros, nos están ofreciendo visiones inéditas y extraordinariamente bellas de nuestro mundo.
Para demostrar hasta qué punto es así, el concurso anual de fotografía aérea de la web Dronestagram nos ha dado estampas dignas de enmarcar como las que vienen a continuación:
El primer premio de este certamen, en la categoría de Naturaleza y Vida Silvestre, es para la imagen que encabeza esta entrada: un bosque de pinos en Dinamarca inmortalizado por Michael Bernholdt. El segundo premio fue para la siguiente imagen, tomada por Ignacz Szabolcs y que inmortaliza de un modo totalmente distinto a un rebaño de ovejas en Rumanía:
Otras imágenes destacadas fueron:
Vía | BBC