A sólo 30 minutos de tren de Leeds, se encuentra una de las más típicas y hermosas ciudades históricas inglesas: York.
Es una de esas ciudades británicas que ofrecen historia, magia y belleza. Su arquitectura es espectacular, con todos los ejemplos claros que pintan a la Inglaterra de los siglos XII, XIII y XIV.
Fundada en el año 17 a.C. por los romanos, fue capital del Imperio durante un par de años cuando Septimio Severo la convirtió en una de las dos capitales y se trasladó hasta aquí para controlar el avance de sus legiones por estas tierras.
Julio César había llegado a las islas británicas aproximadamente en el año 50 a.C. con 100 barcos de guerra y 10.000 hombres para establecer allí dos legiones de avanzada para su imperio y llegó hasta los confines donde comienza Escocia construyendo allí la Muralla de Antonino de la cual quedan aún restos (aunque pocos años después tuvieron que replegarse construyendo 160 kilómetros más al sur la Muralla de Adriano).
Volviendo a nuestra visita. Como decíamos en 30 minutos de tren desde Leeds (9 libras el billetes de ida y vuelta), daremos un salto a siglos pasados, por calles que parecen escapadas de las páginas de Harry Potter y con una pieza maestra del gótico: la Catedral de York
Se levantó sobre un templo romano que, a su vez, estaba ubicado sobre un antiguo templo normando. Construida desde el año 1220 y hasta el 1480, es la segunda catedral más grande de Europa del norte (después de la de Colonia).
La visita a la Catedral puede llevar todo el día por la variedad y amplitud de sus espacios. Las naves son abiertas, muchísimas pequeñas capillas, tumbas de caballeros, vidrierías impresionantes.
Los puntos sobresalientes y maravillan con su virtuosismo son el Coro, la Sala Capitular, la nave central , el rosetón sobre la entrada, la visita a la torre. Pagando una entrada de 7,50 libras se tendrá acceso a la Catedral, al tesoro y al subsuelo donde se recorren con un audioguía gratuita los basamentos romanos y normandos (no hay en español)
Con un par de libras más podrán acceder a la Torre. Quienes quieran subir los 275 de escalones, deberán armarse de paciencia por las enormes colas de gente, y además, no es apta para personas con un poquito de claustrofobia (escalera caracol de piedra que se va angostando hacia arriba !!!) o de vértigo. Conmigo no cuenten !
Algunos datos para ayudar a la recorrida por la Catedral de York, siguiendo el sentido de las agujas del reloj desde la entrada (por el lateral sur).
El rosetón sobre la puerta principal es del 1500, cuando se conmemoraba la unión de las casas reales de York y Lancaster. En 1984 fue dañado por un incendio pero se restauró totalmente.
Los transeptos que forman el crucero (nave corta transversal que forma los "brazos de la cruz") siguen las lineas del primer templo. Se construyeron entre el 1220 y 1270.
Al Coro (foto) se accede por un magnífico pórtico con figura muy elaboradas (finales del siglo XIV). Típico coro con bancadas longitudinales enfrentadas con un trabajo de madera muy hermoso. Fue dañado por un incendio en 1829 y restaurado perfectamente.
El Trono del Arzobisbo preside el Coro. Es muy sencillo sin embargo su presencia es esencial: la palabra "catedral" deriva del griego "cathedra" que significa "asiento o trono". Desde aquí se regía la vida de esta zona en la Edad Media.
La enorme vidriera del Este está en trabajos de restauración por lo que no puede apreciarse. Sin embargo la exhibición fotográfica del lugar nos muestra toda su belleza. Es del siglo XV (1405) y muestra los inicios del mundo según el Antiguo Testamento: Génesis, Revelaciones, Apocalipsis y demás. Se encuentra al final de la nave central, detrás del Coro.
Nuevamente en el crucero, el extremo del transepto norte se ubica la Ventana de las 5 hermanas una vidrería altísima y la más antigua de la Catedral (1260) (ver detalle en la galería más abajo).
La Sala Capitular es espectacular. Un espacio circular con los asientos donde los ministros se reunen a deliberar y se toman todas la decisiones. Los mosaicos del suelo se repiten infinitamente en las ventanas de vidrios pintados que se elevan hasta el cielo. La cúpula combina el dorado con las finísimas nervaduras que sostienen todo el edificio.
La nave central es típicamente gótica, con sus columnas muy trabajadas y un espacio abierto donde los fieles asistían parados a las ceremonias de varias horas de duración, embelesados por la belleza de la luz que los bañaba desde lo alto de las ventanas de vidrios multicolor. Fue construida entre el 1291 y el 1350. Sobre la columnata norte verán la cabeza del dragón una curiosa pieza de bronce que servía de anclaje para el mecanismo que movía una cubierta.
El extremo de la nave central está ocupado por la Gran Vidrería del oeste del 1338, debajo de la cual está la figura del santo patrón: San Pedro con las llaves del Reino y del Infierno.
Saliendo de la Catedral, recomienzo sinceramente tomarse un rato para recorrer la muralla que rodea la antigua ciudad. Una caminata de 2 kilómetros por la construcción defensiva de piedra que recorre un perímetro singularmene pequeño y que daba cobijo al pueblo de las arremetidas de los "salvajes" del norte.
Por último, reservar un buen rato para caminar las calles de York. Un sinfin de tiendas a cual más pintoresca (casi tanto como los "personajes" que caminan por ahí), placitas impecables con su césped de película y sus arriates de flores, casas con siglos de historia donde podría situarse cualquier cuento de magos y hechiceras.
No nos podemos ir, sin paliar un poco el frío en el cuerpo por la implacable llovizna, sin una taza de té y unos exquisitos dulces. Por ejemplo: unas canastitas de masa con relleno de manzana, canela o con todos los berries imaginables combinados. Broche de oro !
Más info | Visit York
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