La capital de Estonia, Tallín, ha establecido la gratuidad de su transporte público con el fin de librarse de los atascos en la ciudad y reducir la contaminación de los coches. Así, los 420.000 habitantes de la ciudad podrán hacer uso de los autobuses que recorren la ciudad sin coste alguno, gracias a la nueva Tarjeta Verde que poseen.
Sin embargo, los viajeros que visitemos la ciudad, así como aquellos estonios que no tengan la tarjeta, deberemos pagar un billete de 2 euros. Y cuidadito con hacerse pasar por residente para viajar gratis porque la multa nos puede salir por 60 euros.
El Ayuntamiento de la ciudad dejará de percibir alrededor de 12,4 millones de euros provenientes de la venta de billetes de transporte, cifra de dinero con la que se asumía aproximadamente el 23% del total de los gastos de transporte público en Tallín. Sin embargo, esperan compensar esta falta de ingresos con el aumento de impuestos a los nuevos habitantes, ya que se espera que mucha gente que tenía fijada su segunda residencia en Tallín se empadrone ahora en la ciudad para beneficiarse de esta medida.
El número de usuarios de la red de transporte público de Tallín ya ha subido y, por tanto, también se han ampliado el número de autobuses que recorren sus calles.
Se espera que una familia de cuatro miembros pueda ahorrar hasta 600 euros al mes gracias a esto, y que además, Tallín se convierta en una ciudad más limpia. Tantos es así, que su objetivo es conseguir para 2018 el Premio Capital Verde Europea que concede la Comisión Europea y que ostenta Nantes en 2013.
Vía | ABC Foto | freddie boy En Diario del Viajero | Tallín: arquitectura de madera, prisiones y mercados