En momentos en los que la seguridad de los aeropuertos del mundo es tema de debate y preocupación, un periodista del periódico L’Espresso demostró qué tan fácil fue, para él, colarse en el aeropuerto de Roma.
Se trata de la terminal aérea más importante del país, el Aeropuerto Intercontinental Leonardo da Vinci o mejor conocido como Fiumicino, que fue testigo de este reportaje que dejó al descubierto las fallas de seguridad de aquel lugar.
Bomba Fiumicino es el nombre dado a la investigación en la que el periodista accedió, un domingo de enero a la una de la madrugada, a zonas restringidas al público sin que nada ni nadie se lo impidiese.
Así, y durante alrededor de dos horas, el hombre fue “dueño” del aeropuerto, ingresó a las oficinas de las líneas aéreas, activó las cintas transportadoras, utilizó los ordenadores de los mostradores y con ellos navegó por Internet, cruzó una y mil veces los detectores de metales que se encontraban apagados, ingresó a diferentes dependencias donde ninguna puerta estaba cerrada y ninguna alarma se activó ante su presencia.
Y de este modo, tras dos horas probando al mundo y probándose a sí mismo que el aeropuerto de Roma duntate las noches es “tierra de nadie”, el periodista decidió abandonarlo sin que nadie haya notado su aventura.
Es por ello que este tipo de situaciones hacen pensar que antes de tomar medidas polémicas, habría que prestar más atención a las medidas de seguridad de los aeropuertos durante las 24 horas del día. Porque, ante este tipo de acciones, no habrá escáneres de seguridad que salven a nadie de un ataque.
Vía | ABC Sitio Oficial | L'Espresso En Diario del Viajero | Escáneres corporales: ¿estarías dispuesto a pasar por ellos?