Las islas que componen Malta han sido descriptas como un museo al aire libre. Lo que las hace únicas, es que mucho de su pasado sigue visible hoy en día. Un lugar ideal para sumergirnos en lo más profundo de la historia, desde los tiempos prehistóricos, seguir los pasos de San Pablo o disfrutar del ambiente de hoy en día.
El territorio de Malta ocupa poco más de 300 kilómetros cuadrados distribuido en un grupo de siete islas justo en el centro del Mar Mediterráneo. Sólo 3 de esas islas están habitadas: Malta, Gozo y Comino.
Los 7.000 años de historia maltesa pueden rastrearse a partir de los megalitos neolíticos, dolmens de la Edad del Bronce, tumbas púnicas, ruinas romanas y restos cartagineneses.
Algunos de los puntos más interesantes a conocer son:
Cueva de Ghar Dalam : los restos más antiguos que evidencian la vida en Malta desde hace 7.400 años.
Templos de Ggantija en Gozo : de la Edad de Cobre, uno de los sitios árqueológicos más importantes de Europa de ese periodo.
El Templo de Hagar Qim (foto) ( 3.600-3.200 a.C.) se ubica sobre una colina que otea el mar y el islote de Filfia. Es un edificio único aunque se supone que componía un complejo de 5 centros ceremoniales.
El Hipogeum de Hal Saflieni: un conjunto de cámaras, pasajes y salas subterráneas donde se ha encontrado valioso material arqueológico como cerámica, restos humanos y ornamentos con una antigüedad de 5.000 años.
Borg in-Nadur: son las ruinas de templos situados en la zona sur de la isla de Malta. Su importancia radica en que se observa claramente un edificio ceemonial con ábsides de 4.000 años, y los restos de una fortificación y asentamiento humano de la Edad del Bronce.
Catacumbras de San Pablo: a la usanza de las conocidas en Roma, esas catacumbas son del siglo IV d.C. y se ubican en los alrededores de la antigua capital romana de Mdina. Son la prueba más antigua del cristianismo en la isla.
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