Si bien cada una de las aventuras que como viajero se emprenden son especiales, siempre existen algunas que, por algún motivo, dejan recuerdos imborrables y se transforman en experiencias inolvidables.
Así, en esta oportunidad he decidido realizar un repaso por los viajes que, para mi, marcaron un antes y un después por algún motivo. El orden es meramente cronológico y los motivos que los transformaron en especiales tienen mucho que ver con lo personal aunque, claro, los destinos sin lugar a dudas ayudaron a hacer de esas aventuras algo más especial aún.
San Martín de los Andes, Patagonia Argentina
No soy de las personas que viajan solas y hasta el momento me había costado mucho encontrar un compañero de viaje ideal. Claro, hasta que conocí a quien ahora es mi marido y decidimos realizar nuestra primera escapada juntos. El sitio elegido fue la hermosa ciudad de San Martín de los Andes en la Patagonia argentina.
Fue durante el mes de marzo, cuando el verano austral comienza a despedirse y ello nos brindaba la posibilidad de descubrir la zona sin tener que lidiar con la nieve y el frío.
El hospedaje elegido: una cabaña de madera con servicio de desayuno con productos autóctonos como lo son los dulces de frutos rojos. Las comidas: si bien aprovechamos la posibilidad de cocinar en la cabaña, también comimos los platos típicos como lo son la trucha, el ciervo y el jabalí en diferentes preparaciones.
Los lugares que recorrimos durante el viaje fueron la Ruta de los Siete Lagos, Quila Quina (en la otra orilla del Lago Lácar), el área de Yuco sobre el mismo lago, el volcán Lanín y los diferentes miradores, entre otras cosas.
Cuba
Y llegó la hora de elegir el destino para pasar la Luna de Miel. Así fue que decidimos pasar quince días en un sitio donde pudiésemos combinar relax y playa con un poco de historia y cultura.
Entonces, previa lectura de nuestra guía de viaje que se convirtió en nuestra compañera de travesía, llegamos a Cayo Guillermo donde pasamos por la experiencia de un all inclusive en unas playas paradisíacas.
Luego nos trasladamos a La Habana donde recorrimos a pie la ciudad, perdiéndonos entre sus calles, saliendo del clásico circuito turístico, hablando con sus ciudadanos y hasta ingresando en la universidad para conocer un poco más de la realidad cubana. Un sitio que nos dejó un sabor amargo por aprender, de primera mano, cómo viven los cubanos y cómo deben enfrentar la vida en un país tan aislado del mundo a pesar de su cercanía al llamado "primer mundo".
Y, para terminar el viaje, pasamos algunos días más relajados en las playas de Varadero. Otra vez en un all inclusive pero también un sitio en el que los hoteles se suceden uno al lado del otro, como una interminable cadena.
Perú
Un sueño hecho realidad. Mi pasión por las culturas precolombinas hizo que conocer Machu Picchu fuese uno de los pendientes viajeros que encabezaban mi listado.
Así fue que en 2009 decidimos realizar ese viaje tan esperado. El primer destino fue Lima y allí pudimos descubrir una hermosa ciudad a orillas del Océano Pacífico, con un hermoso centro histórico y también lugares en los que se combina lo clásico con lo moderno.
Más tarde viajamos a Cusco y allí comenzamos a sentir esa atmósfera tan especial en sus calles, sus templos y su gente. Recorrimos el Valle Sagrado, conocimos los mercados de artesanías y finalmente subimos al tren que nos llevaría a Aguas Calientes, el paso previo para llegar a la ciudadela inca.
El día en el que ascendimos a Machu Picchu despertamos con una fuerte lluvia, pero el cielo se abrió, finalmente, para poder recorrer el lugar que nos dejó sin aliento. Las palabras no alcanzan para describir la sensación de haber estado allí y de ello pueden dar crédito algunos de mis compañeros ¿Verdad Victoria y elPachinko?
La aventura continuó en Puno, navegando por el Lago Titicaca y visitando la isla de Taquile y las islas flotantes de los Uros. El último destino fue Arequipa, y allí pudimos conocer el Cañón del Colca y ver el vuelo de los cóndores. Un espectáculo increíble.
Europa
Y sabíamos que este sería el último viaje de a dos, por ello decidimos cruzar el charco y conocer el Viejo Continente. La organización no fue tarea fácil aunque sí muy placentera. Porque, vamos, el viaje comienza con estos detalles.
De este modo, en poco más de un mes recorrimos diferentes países y ciudades a bordo de distintos medios de transporte. Un sueño hecho realidad que comenzó en Madrid. Una ciudad que encontré muy parecida a Buenos Aires y que nos regaló, entre otras cosas, una hermosa visita al Museo del Prado.
Más tarde nos enamoramos de París, sus calles, sus monumentos y cada rincón de la Ciudad Luz de la que nos costó despedirnos. Claro que, luego, nos encontramos con Amsterdam y nos sorprendimos con la amabilidad de su gente, la recorrimos a pie y pudimos disfrutarla tanto de día como de noche, atravesando sus canales y visitando sus museos.
De allí nos dirigimos a Berlín, una ciudad que supo renacer luego del flagelo de la guerra y que así se muestra como un destino lleno de contrastes y que supo capitalizar todo ese dolor para mostrar al mundo lo duro de su pasado, para que no se repita.
Y desde Alemania recorrimos en tren el camino que nos llevó a Praga. La capital checa nos envolvió en una atmósfera con ciertos aires románticos y con sus calles y construcciones que nos transportaron en el tiempo. Unos días intensos que culminaron con el vuelo que nos trasladaría a Venecia. Y así llegamos a una ciudad increíble en la que nos "perdimos" para descubrirla, paseamos en sus vaporettos y hasta la disfrutamos con un poco de lluvia.
Florencia sería nuestro próximo destino. Y es allí donde el arte se respira a cada paso aunque, sin dudas, ver el David fue el punto culmine de todo. Dejamos Florencia para llegar a Roma y sentirnos casi como en casa. La recorrimos a pie y descubrimos aquellos rincones que, hasta ahora, solo formaban parte de los libros de historia del colegio. No dejamos de asombrarnos y aunque el calor era un enemigo, no nos rendimos y hasta logramos subir a la cúpula de San Pedro.
Pero debíamos dejar Italia para volver a España. En Girona fuimos recibidos por la familia y hasta cruzamos la frontera hasta llegar a Le Boulou (Francia) para visitar a mi abuelo. Más tarde, tomamos el tren que nos llevaría a nuestros último destino: Barcelona. Una ciudad con mucha vida que nos dejó disfrutar de su arquitectura, su gastronomía y sus paseos.
Y así terminó nuestra aventura europea con la promesa de volver algún día para seguir disfrutando de algunos de los destinos visitados y para conocer otros nuevos.
Colombia
Fue este nuestro primer viaje de a tres, como padres. Vicente, con cuatro meses conoció lo que es viajar en avión y soportar las escalas en cada uno de los destinos. El viaje se llevó a cabo de la siguiente manera: Buenos Aires-Bogotá, Bogotá-Cartagena, Cartagena-Bogotá, Bogotá-San Andrés, San Andrés-Bogotá, Bogotá-Buenos Aires. ¡Y sobrevivimos para contarlo!
Otra experiencia en un all inclusive en Cartagena y recorriendo la hermosa ciudad amurallada que guarda en su interior vestigios del paso de los españoles por el lugar. Además recorrimos el Castillo de San Felipe y disfrutamos de la playa con la que contaba el hotel.
Pero, si de playas se trata, la isla de San Andrés fue la que nos entregó los mejores paisajes, sus aguas cálidas y de hermosos colores.
Un viaje para descansar en familia, por primera vez...
Pero ahora mi pregunta es ¿Cuáles han sido tus viajes inolvidables?
Fotos | María Sol Rizzo