Uno de los requisitos más habituales para la obtención de visados turísticos es la obtención de un seguro médico. Sin embargo son muchos los destinos a los que se puede viajar sin visado (para europeos, especialmente el Espacio Schengen), y olvidarnos de la cobertura médica puede ser un motivo de gasto inesperado en el país de destino.
Afortunadamente, para los ciudadanos de la Unión Europea (además de Suiza, Noruega e Islandia) existe un convenio que garantiza el derecho a atención médica en cualquiera de los países miembros en las mismas condiciones que un local. Para acceder a este derecho se requiere la Tarjeta Sanitaria Europea.
En España, es sencillísimo obtenerla, basta acceder a cualquier oficina de la Seguridad Social y en breves minutos, presentando el DNI, tendremos en nuestras manos la tarjeta, con una validez de un año. Merece la pena dedicar un rato antes del viaje para obtener este documento que nos puede salvar de algún problema.
Hay que recordar que la tarjeta sólo puede obtenerse en el país de origen y que no es válida si nuestro desplazamiento se produce precisamente con el objetivo de obtener tratamiento médico (en ese caso se debe obtener el formulario E-112).
La obtención de la tarjeta no implica automáticamente atención médica gratis. Al contrario que en España, en ciertos países europeos es necesario pagar las consultas y atenciones incluso en la sanidad pública, y deberemos hacer frente a este gasto. Lo que sí garantiza la tarjeta es el reembolso de dichos pagos.
Los poseedores de seguro médico privado suelen tener cierta cobertura internacional, sin embargo normalmente es necesario pagar como si no se tuviese seguro, y luego pedir el reembolso en España. Además, la Tarjeta Sanitaria Europea es un documento universalmente reconocido por la sanidad europea, mientras que con seguros privados puede haber problemas. Por eso si viajamos al extranjero se aconseja obtener la tarjeta aunque tengamos otro seguro.
Se trata en definitiva de un documento que no debe faltar en nuestros desplazamientos por Europa. Eso sí, esperemos utilizarla lo menos posible.
Más información | Comisión Europea