A pocos kilómetros al este de Londres, en el Trinity Buoy Wharf sobre el Támesis, se escucha una canción que comenzó en 1999 y durará 1000 años.
Se trata de Longplayer un tema ideado por un músico e informático inglés, Jem Finer, que une arte y tecnología. La canción es el resultado de un algoritmo que, sobre un tema principal de 20 minutos y 20 segundos de duración, combina pequeñas piezas musicales para que suenen en simultáneo de tal modo que ninguna de ellas se repita hasta después de 1000 años.
Esta interpretación se inició el 1 de enero del 2000 y seguirá sonando hasta el último segundo del 31 de diciembre del 2999. Se supone que un segundo después, el 1 de enero del 3000 se reiniciará nuevamente. ¿Quién sabe?
Si te interesa presenciarlo, puedes acercarte a escucharla en el Trinity Buoy Wharf, en Londres o a través de internet en Longplayer
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