Escapar de la ruta marcada por Lonely Planet tiene a veces sus pros y sus contras. De la estación de autobuses de Tartu me dirigí a un parque natural que se encuentra en el remoto sur del país con la montaña más alta de toda la región báltica: El Suur Munamägi, ¡con la friolera de 318 metros de altura!
Evidentemente pocos picos se podrán hacer por la zona pero a buen seguro que en invierno aquí nieva 40 veces más que en las zonas más altas del Pirineo.
Haanja es un pueblecito de apenas un par de docenas de casas dispersas, una escuela y un centro medio en construcción dedicado al parque natural. En ambos sitios me intentaron ayudar en encontrar un lugar donde dormir y aprovisionarme de mapa pero no hablan apenas inglés y carecían de mapas o guías de la zona.
Me indicaron el lugar donde se encontraban un par de hostales y hacia allí me dirigí. En cuanto termina el pueblo el asfalto desaparece y los espesos bosques son serpenteados por bellos caminos de tierra. La zona está repleta de lagos y de vez en cuando aparece una casa escondida entre los pinos y abetos. Más de uno se paró con el coche a preguntarme qué me ocurría o algo por el estilo pero al no poder hablar estonio nos entendimos con una sonrisa y hasta luego.
Una familia se detuvo con el coche y me hicieron gestos para que subiera. La mujer hablaba un poco de inglés y me llevaron a una especie de Guesthouse cuya propietaria llevaba a sus hijos a la misma escuela -¡cómo no, si posiblemente solamente exista una escuela en toda la región!-. Una vez en la casa, la mujer acudió a saludarme aunque no parecía hablar inglés. Se dedicó a llamar por el móvil unas cuantas veces hasta que me comentó que existía una casa al otro lado del lago donde sí podía alojarme. Su hija apareció en escena para ayudar con la interpretación y se ofreció para guiarme campo a través alrededor del lago hasta el hostal. De entre la calidad despampanante del colectivo femenino en Estonia esta chica posiblemente fuera la menos agraciada de todas. No obstante, sonriente y descalza, me guió por el camino que bordeaba un estupendo lago hasta el hostal. Al llegar al hostal en Kaldemäe, aproximadamente a un kilómetro de Haanja desde el primer desvío a la izquierda, dejé la mochila y me dediqué a rodar por la zona. Primero subí, cómo no, el pico más alto de los Bálticos. En su cima se levanta una torre donde se ofrecen vistas preciosas de la zona e incluso puede albirarse Rusia, muy cercana. Luego bordeé un sinfín de lagos y bosques espesos.
Es sorprendente la hermandad con la naturaleza que respira esta zona. Quizás al carecer todo el territorio de asfalto le da todavía más un carácter auténtico y natural. La gente anda descalza por la tierra, el barro o donde sea. La vida en el campo, aunque sólo consiga arrancar un montón de repollos y patatas de la tierra, siempre crea cierta envidia para toda rata de ciudad.
Después de una buena ducha para quitarme de encima ese sol andaluz que pegaba como nunca por el Báltico, me dirigí al pueblo para zamparme alguna de esas salchichas estupendas o estofados de carne de caza del país. No encontré absolutamente nada. Tras preguntar a unos cuantos paisanos encontré el único restaurante a unos 5 km. de diámetro de la zona y estaba cerrado. La única tienda del pueblo también había cerrado sus puertas.
De vuelta al hostal (con cocina comunitaria) rapiñé unas bolsas de té y una especie de gachas de cereales (porridge) algo que en mi vida he sido capaz de darle más de dos cucharadas seguidas- que me metí al estómago con la nariz tapada.
Como decía al inicio, salir de la ruta Lonely Planet tiene su lado auténtico y puedes encontrar personajes y paisajes que realmente son difíciles de hallar en lugares más frecuentados en las rutas turísticas. Por otro lado, puedes encontrarte con el estómago vacío o darle un poco al morro y preguntar al vecindario que, aunque atemorizados, posiblemente te abrirán sus puertas.
La zona es del todo recomendable aunque lo mejor es agenciarse con un coche de alquiler y realizar escapadas desde puntos más habitados como Rouge o Vöru.
Más información | Parque Natural de Haanja | Suurmunamagi