A veces, asociamos tanto los viajes a lugares exóticos y remotos que olvidamos aquello que tenemos cerca. En el caso de los españoles, la vecina Francia, cuyo departamento del Tarn queda a sólo cuatro horas en coche de Barcelona y puede componer un plan estupendo para el fin de semana.
Si hay algo que caracterice al Tarn son sus palomares. Más de 3000 según dicen, aunque “sólo” la mitad queden dentro de las rutas turísticas para ser visitados y fotografiados.
La mayoría de estas casetas ya no sirven de refugio para los colúmbidos que les dan nombre; son tan sólo huellas de un pasado no tan lejano, en el que la propiedad de un palomar era considerada símbolo de riqueza y prestigio. En la actualidad, muchos se usan como almacenes o están abandonados, pero algunos han sido reconvertidos en museos e incluso hoteles y restaurantes.
Verdaderamente, si tenéis suerte con el tiempo, el plan es muy apetecible. Podéis alquilar unas bicicletas en alguno de los numerosos pueblos de la zona, como el encantador Lautrec, y recorrer la campiña francesa siguiendo la pista de estos curiosos palomares. Ahora bien, si no estáis en plena forma yo recomiendo hacerlo en coche, ¡de palomar a palomar hay un buen trecho!
Sin duda, los palomares del Tarn, tan indisolublemente integrados en el paisaje, son una parte importantísima del patrimonio cultural de esta zona de Francia. Teniéndolos tan cerca, no hay excusa para no verlos.
Imagen | Carmen En Diario del Viajero | Regiones de Francia (I), (II) y (III)