El mercado de flores de Ámsterdam, Bloemenmarkt, está formado por una serie de barcazas amarradas fijas situadas cerca de Muntplein, en el canal Singel, entre Muntplein, la torre Munttoren y Koningsplein. Se trata de un mercado permanente que ya se conocía en el siglo XVIII y que constituye una muestra de la importante tradición comercial holandesa existente alrededor de la flora.
Aquí podemos encontrar de todo lo referido a flores, tanto frescas como secas, exóticas o comunes; bulbos de más de 700 clases de tulipanes que existen en Holanda; semillas de todo tipo, incluída la de cannabis, de comercialización para uso personal es legal en Holanda; artilugios básicos de jardinería; otras plantas...
Resulta encantador pasar junto a los puestos en los que proliferan las flores frescas, ya que desprenden un perfume muy especial. Estas tiendecillas son tan frecuentadas por los turistas como por los habitantes de Ámsterdam, muy dados a adornar sus casas con flores frescas como podemos comprobar al pasear por cualquier pequeña calle de la ciudad.
Además puede ser un buen lugar para hecernos con un recuerdo o regalito que tengamos pensado, pues cada caseta muestra souvenirs variados, desde imanes para la nevera a ramos de coloridos tulipanes de madera a precios bastante interesantes.
Según me comentaron, en países europeos no hay problema para llevarse bulbos o plantas de Holanda, excepto, claro está, las semillas de cannabis que son ilegales en el resto de países. Yo, por si acaso, y como las plantas no me suelen durar demasiado con vida, decidí que los tulipanes que me iba a traer serían de madera...
Para otros países las restricciones son mayores, pero en los puestecillos tienen sets especiales que sí están permitidos para entrar en algunos de ellos, recuerdo que se anunciaban paquetes específicos con bulbos y semillas permitidas para Estados Unidos.
Si vamos a comprar algo de este mercado, es conveniente comparar precios primero, ya que entre los distintos puestecillos existen ciertas diferencias y nos podemos ahorrar unos eurillos. Y recordad, vayáis en la época en que vayáis, existe la tienda especializada en plantas y adornos navideños.
Antiguamente, todas las flores y plantas llegaban diariamente a este mercado en barcos, procedentes de las zonas hortícolas en los alrededores de Amsterdam. Actualmente las flores se suministran todos los días, aunque las furgonetas han sustituido al transporte por vía acuática.
Este peculiar mercado se encuentra abierto de lunes a sábado de 9.00 a 17.00 horas y los domingos de 11.00 a 17.30 horas. Hay varios tranvías, con horarios que permiten llegar y salir con frecuencia: se llega con los tranvías 1, 2 y 5 hasta la parada Koningsplein y hasta la parada Muntplein con los tranvías 4, 9,14,16, 24 y 25.
Aunque como Ámsterdam es una ciudad ideal para recorrer en bicicleta o paseando, y el mercado se sitúa en uno de los canales principales de la ciudad, no tardaremos en toparnos con el mercado de flores casi sin quererlo. Además, en la ciudad encontraremos otros puestecillos de flores salpicados por otras calles, y es que como digo se tiene la bonita costumbre de comprar flores para adornar las casas.
Cuando nos acerquemos hasta el mercado de flores, no hemos de dejar de prestar atención a las fachadas que enmarcan este paseo, pues las hay muy originales. También podemos decidir tomarnos un café en alguno de los bares que se sitúan junto al mercado y ver el discurrir de la gente y de las bicicletas frente a las flores. Al extremo del mercado, la torre Munttoren es una superviviente de las puertas medievales de la ciudad construidas en el siglo XV.
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