Si bien hace diez años muchos praguenses se negaron a la construcción de este moderno edificio en las afueras de Praga, el arquitecto Frank Gehry arremetío con el proyecto, y hoy, ya convertido en uno de los íconos de la arquitectura moderna, festeja su primer década de existencia.
Este maravilloso Dancing Building (Edificio bailarín) está inspirado en Ginger Rogers Y Fred Astaire, aquella mítica pareja cinematográfica que movilizó al mundo del espectáculo con sus pases de baile en una veintena de comedias musicales.
Cuando en 1995 el Ayuntamiento contrató a Gehry para que ideara un edificio que contrastara con las construcciones medievales de la ciudad Vieja, los checos se negaron rotundamente, ya que pensaban que la intrusión de una obra moderna en un medio netamente antiguo iba a quitarle belleza a la vista clásica. Lo cierto es que diez años después se han limado asperezas, y ha sido elegido (según una encuesta del gobierno) como uno de los diez monumentos más emblemáticos de la ciudad. Pero esta obra no es la única que hizo conocido y respetado a Frank Gehry. Además de ésta, es el creador del Pez dorado de Barcelona (ubicado en la Villa Olímpica), el Museo Guggenheim de Bilbao y el Wall Disney Center Hall de los Angeles.
Si vas a Praga y te decides a verlo, te aconsejo que te acerques a un punto de información turística y solicites un folleto con la dirección y de qué forma llegar, ya que el noventa por ciento de las guías aún no lo han incorporado como sitio recomendado y hay algunos taxistas que no lo conocen por ese nombre.
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