Mucho hemos publicado ya sobre la ciudad de Amsterdam sin embargo cada día descubrimos nuevos sitios para visitar allí. En este caso, un lugar curioso que seguramente llamará la atención a los viajeros que, además de fanáticos de salir al mundo, sean amantes de los gatos.
Se trata del único asilo flotante de animales de Holanda: el Poesenboot o Barco de los gatos.
Dicen que la mayoría de los gatos odian el agua, pero en el Poezenboot el agua es literalmente lo que los mantiene a flote. Un barco dedicado a ellos, donde son los reyes y mimados por un equipo de profesionales.
Todo empezó en 1966 con una mujer llamada Henriette van Weelde encontró una pequeña familia de gata y gatitos debajo de un árbol frente al canal Herengracht. Comenzó a ocuparse de ellos en su casa y poco a poco reunió una gran cantidad. Ya era conocida como "la señora de los gatos" a medida que los vecinos también le hacían llegar los animalitos que encontraban. Ocuparon la casa, el jardín y hasta el tejado.
En 1968 compró el primer barco que paró frente a su casa. Comenzaron a llegar gatos y voluntarios a partes iguales para transformalo en un alojamiento ideal para los pequeños felinos. Siguieron dos barcas mas hasta que en el 2002 se reacondicionó el mayor de todos y se consiguió que se le nombrara como una institución caritativa a favor de los animales.
Hoy funciona a pleno y abre sus puertas a los visitantes cada día menos los miércoles y los domingos entre las 13 y las 15 horas. Lo encontrarás en Singel 38G. El Barco de los Gatos se mantiene gracias a las donaciones y cuenta con un programa educativo para niños (es una buena visita para quienes viajan con pequeños).
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